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Los Putrefactos

Los Putrefactos

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Entrevista

Julio Angel Olivares

11 de febrero de 2023 by n7web

Julio Ángel Olivares Merino es docente investigador en el Departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Jaén.

Ha impartido numerosas conferencias, escrito libros y artículos sobre el séptimo arte y la literatura de terror, centrándose en temáticas relacionadas con la semiótica, el lenguaje figurativo y el concepto de lo espectral. Destacan sus monografías sobre Ringu (Hideo Nakata, 1998) y el fenómeno «J-Horror», el realizador James Wan o su estudio sobre el cine de JAume Balagueró.

En el apartado de creación literaria, es autor de más de una decena de obras de ficción, entre las que destacan Sonambulia, Paralelo a tu expirar, Las prometidas del muerto, Diarios del cuarto oscuro, La piel leve o su nueva obra, La cacería.

«he expresado, sentido, evocado e interpelado al lector».

Julio Angel Olivares
Acabas de publicar “La cacería”, ¿qué nos puedes contar sobre este libro?

Supone mi primera publicación en el ámbito de la poesía, un reto al que, ya desde hace tiempo, deseaba enfrentarme. He disfrutado mucho al escribirla y, cumpliendo con mi filosofía a la hora de crear, por encima de todo, he sido yo. Con tal propósito, que es el seminal y más importante para un autor, he expresado, sentido, evocado e interpelado al lector y a mí mismo, sin ambages, limitaciones o coacción alguna.

La cacería es una emersión introspectiva, un caleidoscopio de sensaciones sumidas en la oscuridad de lo traumático, aunque también en la súbita luz de la revelación. Son muchas las voces que interactúan en este tratado sobre la inocencia perdida.

“El trayecto de retorno para encontrarnos con el niño que fuimos”, ¿qué mejor y peor recuerdo guardas de tu infancia?

La pregunta explicita —o da por sentado— ya una terrible realidad: la infancia no es siempre o solamente una etapa idílica en nuestras vidas. El cromatismo y los sentidos muy marcados definen mis sensaciones y mi respuesta emocional a los recuerdos de tal etapa. Así, los más positivos vienen acompañados de música serena, aromas agradables y luz;

entre ellos, uno destaca con latido muy fundamentado: me veo correr en la terraza del piso de mis padres con un coche de juguete en mi mano derecha y culminar la carrera al abrazarme intensamente a mi madre. Todos los recuerdos más gratificantes de mi infancia tienen que ver, en esencia, con el mimo de mis padres, la sensación de equilibrio y un paisaje, normalmente, dominado por un cielo radiante. Los recuerdos más amargos están ahí… con un sabor a herrumbre o fiebre… La cacería despierta muchos de esos zarpazos que, con el tiempo, uno logra relativizar… dejar en un segundo plano… o no…Alguien, cuando yo no había aprendido aún a nadar, me lanzó una vez a una piscina y todo desapareció de repente en un abismo gris. Jamás olvidaré esos instantes de desesperación e indefensión mientras me hundía más y más, sin nada a lo que aferrarme…

Has elegido la poesía para hablarnos de ese viaje al pasado, ¿por qué?

Porque, en realidad, siempre he escrito poesía; porque, por más que la piel fuese narrativa en mis anteriores obras, el alma ha sido constantemente poesía en estado puro.

La cacería supone un regreso al origen, una reivindicación de la esencia, de todo aquello que permanecía latente en mi interior y necesitaba aflorar hasta exprimir la más mínima sensación.

Tal y como vaticinaba, he encontrado en la poesía a mi mejor aliado. Su fragmentación y síncope en versos me ha permitido crear una sucesión de paréntesis y aislar imágenes de impacto. Allende el potencial del lenguaje figurativo, la intensidad y la síntesis de la enunciación poética han legitimado también los silencios, las pausas que llaman a la interpretación y, en definitiva, eso que tanto me obsesiona: la textualidad en suspensión o delegada, la de los versos inacabados, no resueltos, cuya clausura es un encabalgamiento vivencial, pues depende del receptor.

Publicas con InLimbo Poesía, ¿qué puedes decirnos de ellos?

La suerte me ha sonreído y celebro estar hoy en el limbo. Cuando concebí, a vuela pluma, el concepto de esta obra, pensé en ellos y esa entelequia o proyección se convirtió en anhelo. A los pocos días, hablé con Ana Martínez, su editora, y todo se tornó un sueño que tenía visos de materializarse.

Alabo la filosofía de In Limbo, su forma de trabajar y, sobre todo, el modo en que cuidan cada detalle y, esencial, cómo acompañan a sus autores en el antes, el durante y el después.

Has traducido al español a Óscar Wilde, (entre otros), ¿qué se siente al enfrentarse a un texto de un genio en su idioma original y tener el desafío de ser leal a la hora de traducirlo?

Es una gran responsabilidad, qué duda cabe, por cuanto te conviertes en embajador de preciados tesoros literarios y es evidente que toda elección, por mínima que sea, tendrá que estar baremada y estudiada al detalle. De todas formas, soy defensor a ultranza de la traducción como ejercicio de reescritura en el que el traductor se convierte en autor —aunque, por encima de todo, es medio de transmisión— y, por ello, tiene cierta potestad a la hora de recrear el texto, a partir de un entendimiento global y específico de la obra en cuestión, de su autor, su contexto histórico y todo lo que ello engloba. Ser fiel al texto original, actualizarlo para evitar choques culturales, legar la propia impronta de traductor, además de las necesarias notas aclaratorias, todo ello supone un reto exigente y, en ocasiones, preservar un equilibrio realmente complicado entre aquello que se escribió y el modo en el que despierta en tu mente.

Profesor de Filología Inglesa en la Universidad de Jaén. Tu tesis doctoral habla sobre el mito de los vampiros en esa lengua, cuéntanos un poco sobre ello y por qué elegiste ese tema.

Los temas que me fascinan, el género que amo, cultivo y en el que investigo, mi afición por el terror, en suma, nacen del visionado del Drácula, de John Badham, en el año 1979. Aquella película me marcó, sin duda, aunque, anteriormente, a muy temprana edad ya me había sentido fascinado por los pilares del suspense gracias a Tiburón, de Spielberg.

Con el paso del tiempo, leí a los clásicos de la literatura de terror y, durante mi estancia en Portsmouth, entré en contacto de forma más directa con la “ghost story” inglesa y ‘Salem’s Lot, de Stephen King, la maravillosa actualización del clásico de Stoker a la Norteamérica de los años 70. Fue justamente mientras leía esta fascinante obra — siempre a medianoche y, normalmente, frente a un ventanal que me permitía ambientar la inmersión en aquellas páginas gracias al imponente espectáculo de la ya clásica niebla inglesa— cuando me planteé hacer un análisis comparativo entre la obra de King y la novela por antonomasia de la literatura de vampiros. Pocos años después, lo materialicé en la citada tesis doctoral, añadiendo, además, un extenso estado de la cuestión, en el que me retrotraje a los orígenes del mito vampírico en lengua inglesa, tema precisamente sobre el que versó mi investigación durante la siguiente década.

Diriges “Delirium: Laboratorio de artes escénicas”, ¿qué trabajos y objetivos realizas con tu compañía de teatro?

“Delirium” surgió con el objetivo de divulgar ciencia a través del teatro. En concreto, y por medio de los guiones que he escrito y dirigido, he pretendido que el espectador viva y experimente en primera persona cuáles son los elementales del terror en sus diversas manifestaciones, esencialmente la escénica, y cómo operan estos a fin de conseguir el objetivo prioritario y seminal: provocar pavor en el receptor. Tres han sido los formatos que hemos desarrollado: el teatro convencional, el teatro interactivo y el radioteatro.

Fundador de la radio de la Universidad de Jaén, “UniRadio”, ¿te queda algún sueño por cumplir?

Soy moderada y democráticamente ambicioso. Me marco metas cada día, muchas de ellas encaminadas a generar sinergias entre personas que desean fomentar el arte o erigirse en agentes sociales proactivos en el ámbito de la solidaridad. Muchos son los sueños aún por cumplir en cada uno de estos campos. No sería capaz de precisarlos. Cierro los ojos y, de repente, surge; reconozco el sueño y lo persigo.

Ganaste el premio Nacional ARU por un guion de radioteatro. Con las nuevas tecnologías, ¿está muerta la radio?

Muy al contrario. La radio ha sabido adaptarse al progreso porque, en puridad, es hija del avance tecnológico y jamás quedará desfasada.

Su magia, su dinamización de la palabra a modo casi de manifestación espectral y sugerida, la hacen eterna. La radio se ha actualizado, se ha repensado en términos de lo transmediático precisamente a partir del uso de las nuevas tecnologías, que le sirven como complemento para potenciar su ámbito de acción e incidencia. En definitiva, las ondas no conocen el principio de obsolescencia y siempre estarán de moda.

Otra de tus pasiones es el séptimo arte, ¿se hacen buenas adaptaciones de la literatura al cine?

Literatura y cine son dos medios que comparten los principios de la narratología, si bien, a la hora de valorar ese encuentro entre ambas artes que suponen las adaptaciones de obras literarias a la pantalla, hemos de tener en cuenta que cada medio tiene sus propias características y parámetros específicos en virtud de los cuales han de ser baremados. Debemos evitar, por tanto, comparar a la ligera las películas con aquellos libros que les sirvieron como base, referencia o fuente de inspiración. Valorar una adaptación fílmica a partir de criterios falaces como la fidelidad es un error ya que la traslación a pantalla supone una reescritura legítima, independientemente de que esté estrechamente ligada con o disociada de la fuente original.

¿Alguien acaso podría desdeñar el escalofriante y metafórico final que Kubrick concibió para El resplandor, la persecución de Danny en el laberinto de hielo, solo porque Stephen King concibiese una conclusión mucho más literal y taxativamente diferente en su obra?

En un hipotético fin del mundo, te dicen que solo puedes salvar tres obras de arte, ¿cuáles salvarías y por qué?

Con los tiempos que corren, quizás deberíamos ir planteándonos esta pregunta, ciertamente. Si no hay restricciones en cuanto a dimensión, naturaleza o sentido figurado, salvaría la vida envuelta en música, la literatura y el amor, tres piezas de arte que, cierto es, no caben en sala de exposición mundana.

¿En qué época y lugar te hubiese gustado vivir?

Recelo de las anacronías, aunque adoro la desfamiliarización. No me considero un desubicado, si bien oigo horizontes de gaviotas como Alberti y, llamado a cambiar de época, volvería a los setenta y los viviría en constante bucle.

¿Historias de fantasmas o de vampiros?

El vampiro se ha desnaturalizado en demasía de un tiempo a esta parte y, aunque el espectro sigue la misma evolución en nuestros días, me quedo con la atmósfera y los argumentos de los grandes relatos de fantasmas. El mejor Henry James, el más oscuro Le Fanu o el más críptico M.R. James no tienen parangón.

Un autor y una autora.

Julio Llamazares y Ana María Matute, por el lirismo y la fantasmagoría vivencial de sus obras.

Un lugar para perderse.

El mar, en toda su extensión y plenitud.

Una pesadilla.

Perder a mis seres queridos.

¿Eres de los que buscas rincones especiales para escribir o lo haces en tu estudio?

Escribo en cualquier parte; no soy maniático ni exigente en ese sentido, aunque sí en muchos otros…

¿Eres más de ángeles o de demonios?

No concibo la vida como algo maniqueo. Hay ángeles diabólicos y demonios angelicales. Me conformo con tener un lugar con vistas al cielo y al infierno. Adoro las alas que te llevan a cualquier parte y el fuego que purga. No podría excluir a uno o a otro.

¿Alfa u omega?

Soy más de aquellos reproductores Beta y las películas de carcasa roja de terror que aún conservo en casa.

¿Ciudad o campo?

Estoy hecho de olas. Insisto, el mar.

Unas palabras para los lectores de nuestra revista.

Un saludo, mis mejores deseos y enhorabuena por haber escogido una revista de calidad, diferencial y con mucha esencia. Mi agradecimiento, de igual modo, por haber leído esta entrevista, por dedicar vuestro tiempo a la cultura y, de igual modo, una enérgica petición: no dejéis de fomentar el hábito de la lectura y sumergíos en la literatura para ser y trascender. Los hay que olvidan esta necesidad, este placer, se aburren y montan guerras.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«

Luis Valverde
Entrevista

Luis Valverde

Katy Gómez
Entrevista

Katy Gómez

Brenno Ambrosini
Destacado

Brenno Ambrosini

M.Mercé Domínguez
Entrevista

M.Mercé Domínguez

María Solar
Entrevista

María Solar

Agustín López-Raya
Entrevista

Agustín López-Raya

Gervasio Posadas

4 de febrero de 2023 by n7web

Gervasio Posadas nació en Montevideo (Uruguay) en 1962. Hijo de un diplomático y de una restauradora.

Por la profesión de su padre ha vivido en distintos países. Licenciado en empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.

Se dedica a la formación, la gestión cultural y la escritura. Ha publicado distintas novelas, ganando el premio Sent Sovi de literatura gastronómica en el año 2008, y el premio Prix Eugénie Brazier a la mejor novela gastronómica en el año 2014.

«había muchas novelas sobre la guerra y el holocausto, pero muy pocas sobre la subida al poder del nazismo.»

GERVASIO POSADAS
“Hoy caviar, mañana sardinas”, libro escrito mano a mano con tu hermana Carmen, un libro del año 2008 y retomado de nuevo. ¿Por qué esta reedición?

Este libro ha sido un long seller, porque después de los años se ha seguido vendiendo y tiene muchos fans, especialmente entre los expatriados, las personas que han vivido fuera de sus países y que tuvieron que lidiar con las diferencias culturales. Después de tantos años de su publicación, nos parecía interesante presentar esta obra a las nuevas generaciones.

¿Caviar o sardinas?

De ambas cosas hay en abundancia en la vida de los diplomáticos, especialmente de un país pequeño como Uruguay. Tan pronto estás en un garden party en Buckingham Palace como luego vuelves a casa y te tienes que comer un bocadillo para cenar. Es una vida de tramoya, en la que hay que presentar una abundancia que muchas veces no existe para realizar la labor de crear buena voluntad para tu país.

“El mentalista de Hitler”, una novela que me gustó mucho, cuéntanos en qué te basaste para escribirla.

Siempre me ha interesado el III Reich y me parecía que había muchas novelas sobre la guerra y el holocausto, pero muy pocas sobre la subida al poder del nazismo.

Además, me interesaba la relación del ocultismo con el círculo íntimo de Hitler y tuve la suerte de dar con un personaje olvidado pero muy relevante que me servía como hilo conductor del relato: Erik Jan Hanussen, un mentalista increíblemente popular en el Berlín de los años 30 que tuvo un papel casi desconocido en este proceso.

“El mercader de la muerte”, otra excelente novela, ¿qué nos puedes contar sobre ella?

Como en “El mentalista de Hitler”, en esta novela busqué otro personaje poco conocido, pero determinante para contar un periodo tan convulso como los primeros veinte años del siglo XX. En este caso se trata de Basil Zaharoff, el más celebre y misterioso traficante de armas de la época, la supuesta mano negra detrás de conflictos como la guerra ruso-japonesa, la de los Boers, la de los Balcanes e incluso la Primera Guerra Mundial.

Has vivido en distintos países: Uruguay, Argentina, Inglaterra, Rusia, España… ¿dónde te has sentido más cómodo?

Después de dar muchos botes por el mundo, con veinte años decidí quedarme en España y me siento muy a gusto aquí, pero hay partes de mi personalidad que no se entenderían si no fuera por los sitios en los que he vivido.

¿Qué se siente siendo extranjero casi de continuo?

Tiene la ventaja de que nunca te sientes del todo extranjero en ningún lado.

De todos esos lugares donde has vivido, ¿cuál sería el mejor para localizar una novela?

Rusia, desde luego. Cuando yo viví allí, a mediados de los años 70, en plena Guerra Fría, era como estar metido en una película de espías: la casa llena de micrófonos, gente que te seguía por la calle. Además, es un país lleno de historias apasionantes.

Eres director junto a tu hermana de la escuela “yoquieroescribir”, ¿qué nos puedes contar de ella?

Pusimos en marcha este taller de escritura creativa online hace doce años y nos ha dado muchas alegrías desde entonces. En este tiempo hemos tenido más de 4.000 alumnos y hemos visto cómo algunos de ellos han visto cumplido el sueño de ver sus obras publicadas.

¿Algún proyecto en la actualidad?

En la actualidad estoy escribiendo un guion para una serie. Ya había escrito algún guion en el pasado, pero son interesantes las diferencias que tiene esta escritura respecto a la novela. Es un trabajo más colectivo. Y más incierto, porque nunca se sabe si las producciones van a llevarse finalmente a cabo.

Has ganado premios por tus escritos relacionados con la gastronomía, ¿cómo de importante es para ti comer bien?

Desde siempre me ha gustado comer bien y cocinar, son cosas que me ponen de buen humor y me relajan. Ya desde la mañana estoy pensando qué voy a cenar esa noche.

Una comida especial a la que invitarías al amor de tu vida.

De momento, a unas papillas. Acabo de ser padre por primera vez hace unos meses y estoy loco con mi niña.

Algún rincón especial para escribir.

Cualquiera en el que haya silencio y poca cobertura de móvil.

Un escritor y una escritora.

Delibes y Marguerite Yourcenar.

La política es…

En estos momentos de mi vida, aburrida.

La religión es…

Necesaria para la salud mental, aunque yo no practique ninguna.

Una película.

Soy muy cinéfilo y me cuesta decidirme por una, pero quizás «El hombre que pudo reinar», de John Huston.

Los años 30 son…

Una lección sobre lo que debemos evitar en la actualidad.

Tintín…

Una obsesión cuando era niño.

En un hipotético fin del mundo, te mandan guardar solo tres obras de arte que consideres especiales y únicas, ¿cuáles elegirías?

Las meninas, Noche estrellada de Van Gogh y El sueño de Picasso.

Un sueño y una pesadilla.

Dormir bien y no conseguirlo.

Un mal y un buen recuerdo de tu infancia.

Un buen recuerdo: mi primer día de colegio. Un mal recuerdo: el quinto día en el colegio.

Lluvia de verano o sol de otoño.

En vista de los últimos calores, el sol de otoño.

Unas palabras para los lectores de nuestra revista.

Muchas gracias por vuestro interés y por no perder la fe en la cultura. Si la mantenemos lejos de la contaminación de la política, es lo único que puede hacer el mundo un poco más habitable.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«

Luis Valverde
Entrevista

Luis Valverde

Katy Gómez
Entrevista

Katy Gómez

Brenno Ambrosini
Destacado

Brenno Ambrosini

M.Mercé Domínguez
Entrevista

M.Mercé Domínguez

María Solar
Entrevista

María Solar

Agustín López-Raya
Entrevista

Agustín López-Raya

Susana Martín Gijón

25 de diciembre de 2022 by n7web

Escritora y guionista nacida en Sevilla en el año 1981.

Licenciada en Derecho y especializada en relaciones internacionales y derechos humanos. Fue directora general del Instituto de la Juventud deExtremadura, del año 2007 al año 2011. También fue presidenta de la Asociación de escritores extremeños.

Jurado en diversos certámenes y concursos literarios.
Finalista del premio Felipe Trigo y finalista del premio La Trama por su novela “Náufragos”, publicada en 2015.

Premio Avuelapluma de las Letras, 2021.

Es autora de la serie de novelas protagonizada por Camino Vargas Progenie (2020), Especie (2021) y Planeta (2022), todas ellas publicadas por Alfaguara.

En marzo de 2022 ha publicado su colección de cuentos infantiles No sin mi perro, ilustrados por profesionales de la talla de Fermín Solís o Ana Brown.

En abril de 2022 se publica su primera ficción sonora, Muerte en Padmasana, en la plataforma Storytel.

«la calidad de vida aumenta gracias al vínculo entre el niño y el animal»

susana martín gijón
Publicaste una colección de cuentos infantiles “No sin mi perro”, cuéntanos de que van.

Son seis cuentos con una temática común: niños y niñas y su relación con sus perros de asistencia. Fue un encargo del gobierno extremeño para dar a conocer estas realidades y cómo los perros pueden salvar vidas, ya sea en personas con diabetes, epilepsia, trastornos del espectro autista… y cómo la calidad de vida aumenta gracias al vínculo entre el niño y el animal. Fue un proyecto precioso con el que aprendí muchísimo y que ahora se utiliza como material de sensibilización en cientos de centros educativos.

Estos cuentos también verán la luz en formato cortometraje, ¿cómo va el proyecto?

Pues ojalá vea la luz, porque yo tan solo me encargué de los guiones y ahora corre por cuenta de otros echar a rodar la parte de producción. Me encantaría verlos pronto en la pantalla.

También has publicado una ficción sonora, “Muerte en Padmasana”, ¿en qué consiste una ficción sonora y cuál es el objetivo?

La historia, en lugar de encontrárnosla en las páginas de un libro, la hallaremos en una plataforma de audio a través de varios capítulos y con la ventaja de que no nos encontramos solo con un narrador o narradora (como en los audiolibros) sino que cada personaje está doblado por un actor o actriz diferente, hay efectos especiales, etc. Vamos, un poco como una serie audiovisual solo que sin necesitar estar pendiente de una pantalla. A mí me ha encantado trabajar en este formato y el resultado es estupendo, porque los matices de voz de los profesionales, los efectos sonoros, todo hace que te sumerjas mucho en la historia.

Uno de tus personajes más conocidos es la policía Annika Kaunda, de origen namibio, ¿por qué Namibia?

Por varias razones, pero las principales se van desgranando a lo largo de toda la trilogía.

Lo que sí puedo contar es que Annika tuvo que huir de la guerra con Sudáfrica cuando era una niña y acabó recalando en un centro de menores extremeño, donde creció.

En este año has realizado el guion de la serie “La novia gitana”. ¿Qué diferencias ves entre escribir novela y guion?

Muchísimas, son dos formatos tan diferentes que exigen formarse en cada uno de ellos de modo separado, aunque luego las enseñanzas del uno se puedan aplicar en el otro. Quizá lo esencial es que en la novela estás solamente tú. Acabas y ya. Pero para el guion hay que tener en cuenta que te encuentras en el primer escalón, que vendrá la dirección, el reparto, la productora… y el resultado final será la suma de todos.

¿En qué género te encuentras más cómoda?

Hasta ahora en la novela, pero me encanta aprender y me lo paso muy bien con cada nuevo reto.

¿Estás en estos momentos en algún proyecto nuevo?

Y cuándo no… Estoy en varios, creo que ya tengo cansancio crónico. Pero sin queja, ¿eh? Feliz.

En 2021 consigues el premio “Avuelapluma de las letras” por tu trayectoria literaria. ¿Qué tal fue la experiencia?

Maravillosa. Ese premio fue otorgado junto a otras categorías como el periodismo, donde coincidí con Nacho Carretero, o las artes escénicas, entregado a Cristina Gallego. Personas estupendas con las que aprendí –y me reí– mucho. Además, el hecho de que me lo entregaran en mi tierra siempre lo hace más querido.

Has sido parte del jurado en varios certámenes, ¿recomiendas a escritores noveles presentarse a concursos literarios?

Sin duda. Es una buena oportunidad para ser leídos por editores, que suelen estar presentes en la composición de los jurados.

Si además uno se lleva el premio, en casi todos se garantiza una buena publicación, lo que supone abrir muchas de esas puertas que son tan complicadas en los inicios.

«he trabajado muy duro durante muchos años y ahora estoy obteniendo los frutos»

susana martín gijón
¿Qué te gusta de la novela negra?

¡Casi todo, por eso no paro de escribirla! A ver, lo buen vehículo que es para el retrato de la sociedad actual, la capacidad de enganchar a las y los lectores en una trama adictiva, el juego entre escritor/a y lector/a para averiguar quién es el culpable…

Te dedicas a la escritura a tiempo completo, ¿es una rareza o se puede vivir de la escritura?

Creo que ambas cosas. No es fácil, pero yo he apostado por ello, he trabajado muy duro durante muchos años y ahora estoy obteniendo los frutos. Mientras me resulte posible, seguiré así.

Has sido ganadora de varios premios literarios, ¿los premios te cambian la vida?

A mí no me la han cambiado, pero sí me han ayudado a seguir dándome a conocer y han sido una gran motivación en una profesión tan llena de incertidumbre como es esta.

¿Qué te da Extremadura como escenario de tus novelas?

La posibilidad de mostrar la Extremadura real, lejos de los clichés que aunque parezca increíble, se siguen perpetuando en buena parte del imaginario.

¿Tiene Sevilla un color especial?

Para mí, el negro es el color especial. Y le va que ni pintado a la ciudad. Yo creo que una novela gana con un buen escenario, y en el caso de Sevilla, tenemos uno extraordinario.

¿Eres más de escribir en un rincón solitario e inspirador, o eres más bien de casa y despacho?

De rutina. Hay que tomarse la profesión muy en serio, dedicarle la jornada laboral como a cualquier otra, y para eso se necesita la habitación propia, llámese despacho, que te permita concentrarte y sacar adelante el trabajo.

Un lugar especial donde te gusta perderte.

Las callejuelas del casco histórico de Cáceres.

¿Qué te falta por aprender?

Casi todo. Y por desaprender, más todavía.

Una escritora y un escritor de cabecera.

Quizá no tanto, pero los últimos que me han emocionado: Tatiana Tîbuleac y Alejandro Zambra.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«

Luis Valverde
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Brenno Ambrosini
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M.Mercé Domínguez
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María Solar
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María Solar

Agustín López-Raya
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Agustín López-Raya

Pedro Víllora

26 de octubre de 2022 by n7web

Pedro Víllora es escritor, periodista y profesor de teoría de la literatura y del teatro. Además de sus obras propias, ha estrenado adaptaciones de clásicos españoles (“La vida es sueño”, “La dama duende”…), extranjeros (“Casa de muñecas”, “Tartufo”…), zarzuela (“Agua, azucarillos y aguardiente”, “Revoltosa’69”…), musicales (“Into the Woods”, “Excítame”…), así como versiones de Emilia Pardo Bazán (“Insolación”), Galdós (“El caballero encantado”) o Gómez de la Serna (“La sagrada cripta de Pombo”).

Ha sido becario de la Academia de España en Roma, vicedirector de la Real Escuela Superior de Arte Dramático y ha recibido la Medalla al Mérito Cultural de Castilla-La Mancha, entre otros galardones. En 2022 ha publicado “Calipso y los hombres”, ha estrenado “El amor… Falla”, “María Callas, sfogato” y “Los chicos del coro”, y es asesor de dramaturgia de Declan Donnellan en “La vida es sueño”.

«Escribir es un trabajo como otro cualquiera y se trata de hacerlo lo mejor posible, como cualquier otro trabajador.

Pedro Villora
En el año 2022 escribes la dramaturgia de: “El amor…Falla”, ¿qué nos puedes contar de ella?

Es un proyecto que he hecho con el director Alberto Frías, que también acaba de dirigir “María Callas, sfogato”. En el caso de “El amor… Falla”, es un acercamiento al periodo en que un joven Manuel de Falla vivió en Francia, adonde fue tras fracasar en su intento de estrenar “La vida breve” en España. En la primera parte del espectáculo, se intercala el monólogo de Falla con algunas de sus canciones interpretadas por Diana Navarro, hasta llegar al momento en que debe regresar a España con el inicio de la Primera Guerra Mundial y entonces se incluyen un par de sus canciones antibélicas de la época. La segunda parte es “El amor brujo”, donde recuperamos la estructura y los textos de la versión original, interpretados por Diana Navarro, y he hecho una dramaturgia para narrador que elimina al resto de personajes. “El amor… Falla” y “María Callas, sfogato” tienen cierta relación: en la primera vemos a un artista que desea triunfar y está a punto de hacerlo, mientras que en la segunda asistimos al crepúsculo de una artista que ha conocido el mayor de los éxitos, pero también la decadencia.

También en el año 2022 se publica tu obra “Ofelia”. Cuéntanos un poco sobre el proceso, escritura, editorial, traducción, público, etc.

“Ofelia” es una obra sobre abusos en el ámbito universitario.

La muerte de una doctorada en traducción conduce a un enfrentamiento entre su director de tesis y su novio. Hay razones para pensar que ambos han abusado de ella, y el conflicto se da entre reflexiones sobre el teatro shakespeariano, la teoría de la traducción y la historia del pensamiento teatral y estético. La obra se publicará en otoño en la editorial Sial Pigmalión y ha sido traducida al griego, inglés y serbio.

Otro de tus trabajos recientes es la adaptación de “Los chicos del coro”, ¿cómo fue la experiencia?

Me apasiona el teatro musical, así que pocos proyectos me podían alegrar tanto como este. Me he inspirado en la película de Christophe Barratier, que a su vez partía de otra de 1945: “La cage aux rossignols”. Barratier ya había hecho una versión teatral muy fiel a su guion, pero en esta ocasión hay más cambios, con canciones y personajes nuevos. He hecho letras en español para las canciones de la película y aparte hay canciones hechas a propósito para el musical. Es un trabajo que tiene mucho que ver con “El amor… Falla” y “María Callas, sfogato”, porque también hay aquí una reflexión acerca del arte y su papel en la educación y formación de los individuos y de la sociedad.

Has escrito teatro, poesía, narrativa, ensayo, ¿dónde te sientes más cómodo?

Me da igual el género o el formato. Nada es más fácil o más difícil que otra cosa. Cada uno tiene sus exigencias, pero también sus compensaciones. Escribir es un trabajo como otro cualquiera y se trata de hacerlo lo mejor posible, como cualquier otro trabajador.

Te han dado hace poco el premio “Internacional Teatro Esquilo” por tu obra “Ofelia” y por todo el conjunto de tu obra dramática. ¿Qué importancia tienen para ti todos los premios que has recibido?

Los agradezco mucho. Cuando era veinteañero los premios me permitían evitar caer en la frustración de no estrenar nada. La falta de reconocimiento por un lado la compensaba por otro. Por eso animo a los jóvenes a que se presenten a todos los premios que puedan, porque son un medio para darse a conocer, pero sin verlos como un fin en sí mismos. Entiendo que, salvo excepciones, no se escribe para ganar premios, sino para que te lean y, si los premios te lo facilitan, bienvenidos sean.

Recientemente, por ejemplo, el Ministerio de Cultura ha dado el segundo Premio a los Libros Mejor Editados del año a “Hércules 1417”. Ahí no se está premiando mi texto, sino el trabajo conjunto de todos los que hemos hecho el libro: el ilustrador Das Pastoras, el diseñador gráfico Cristo Aleister, el director de Nuevo Nueve Editores, Ricardo Esteban, y el editor José Villarrubia, de quien partió la idea de hacerlo. El premio sirve para llevar el libro a la feria de Francfort y a varias exposiciones internacionales, y para que Nuevo Nueve reciba más atención de cara a subvenciones y proyectos. No recibimos dinero directamente, pero sí promoción y, con suerte, lectores, y eso es importante.

¿Cuánto puede cambiar un premio a una persona?

Mal gestionado te puede volver tonto, o más bien confirmar la tontería que ya tenías antes y que quizá no se notaba tanto.
No eres mejor escritor por recibir premios: simplemente has tenido la suerte o la habilidad de estar ahí cuando hacía falta. Por otra parte, en España se otorgan tantos premios que casi lo más raro es no tener ninguno.

Tus espectáculos han recorrido Berlín, el Teatro Piccolo de Milán, Toulouse, Mérida, Almagro, etc. ¿Alguna anécdota de todos esos templos teatrales?

Cada experiencia da para mil anécdotas, pero el resumen es que no se es más ni menos por estrenar ahí que en una sala alternativa o un centro cultural de barrio.

Todo es valioso. Este año, por ejemplo, he escrito un libreto de ópera breve para el trabajo fin de curso de un jovencísimo estudiante de Composición del Conservatorio, Sergio García. “Tren de cercanías” se ha hecho solo dos días en la Escuela Superior de Canto, pero para mí no es menos importante que haber hecho “El amor… Falla” en el Auditorio Nacional. Para mí no hay trabajos mayores y menores, sino resultados mejores o peores.

Y aun así tienes tiempo para la docencia, ¿cómo de compatible es con tu ritmo artístico?

El horario de las clases me impide dirigir tanto como querría. Este año solo he podido dirigir un cortometraje en un fin de semana. Por eso escribo tanto, dado que me puedo hacer mi propio horario al margen de las clases. Pero echo mucho de menos tener más tiempo para la dirección. Si no diese clases quizá escribiría menos y dirigiría más, y la verdad es que lo estoy pensando. Lo que pasa es que el contacto con los alumnos me sigue apasionando, porque es una suerte enorme poder trabajar con artistas jóvenes llenos de vida y de ganas.

También eres coleccionista de arte. ¿Qué te llevó a coleccionar obras? ¿Qué obra resaltarías de tu colección?

Colecciono obras vinculadas con el teatro o con la literatura; es decir, figurines, escenografías y dibujos y pinturas de escritores o de intérpretes. Nada de lo que tengo es económicamente valioso, pero sí hay piezas a las que tengo mucho cariño: un par de esculturas de Ana María Matute, algún dibujo de Terenci Moix o de Emilia Pardo Bazán, acuarelas de Analía Gadé, cuadros de Nati Mistral o Mary Carrillo, diseños de Burmann, Vitín Cortezo, Pepito Zamora, Álvaro Retana, Adrián Gual, Miguel Narros, Javier Artiñano, Leonor Fini, Paco Nieva, Victorina Durán, Emilio Burgos… Comencé sin pensarlo, y de repente me di cuenta de que se había convertido en una afición. También es una manera de rescatar piezas que, por estar hechas en papel y tener una finalidad utilitaria y no artística, han sido muy poco valoradas y a veces me las he encontrado literalmente tiradas en el suelo.

¿Qué opinas del hecho de que la filosofía haya desaparecido en las aulas?

Opino lo que cualquiera: una desgracia encaminada a potenciar el pensamiento único.

Sara Montiel.

Fue una enorme sorpresa cuando me pidió que escribiese sus memorias porque yo no era fan de ella, y es que precisamente eso era lo que ella quería: una mirada joven, desprejuiciada y no complaciente. Descubrí a una mujer tan inteligente como divertida y a quien siempre estaré agradecido. El recuerdo de sus últimos años no debería ocultar la enorme importancia de su trabajo y de su persona durante tantos años.

María Callas.

Me apasiona escribir sobre grandes artistas y pocos hay tan grandes en su terreno como Callas. Investigar su vida, leer sus cartas y acercarme a su mundo para sintetizarlo en apenas hora y media de espectáculo ha sido un regalo.

La música es otra de tus pasiones, ¿en qué estilo te sientes más cómodo, y por qué?

Mi sueño sería componer boleros porque en el fondo soy un romántico.

Visitas con frecuencia tu pueblo, La Roda (Albacete), ¿prefieres la ciudad o el pueblo?

Me siento cómodo en todas partes. En La Roda están mis raíces y en las ciudades encuentro casi todo lo que me gusta: museos, barrios históricos, monumentos.

Me encantaría vivir en una ciudad pequeña, monumental y cercana al campo y los bosques, como León, Zamora, Soria, El Escorial, Cáceres…

Algún rincón donde te apartes para escribir, ¿o lo haces en tu estudio?

En casa tengo una habitación con todo lo que necesito: libros y conexión a internet.

Un lugar para perderse y desconectar del mundo.

Ríos, campos, bosques…

Vuelven los nazis y comienzan con la quema de libros, tienes el poder de escoger uno, ocultarlo y salvarlo, ¿cuál sería y por qué?

Salvaría la Enciclopedia Británica, para tener algo de recuerdo del pasado y estímulo del porvenir.

La religión es…

Una manera de acercarse a las necesidades y los deseos inmateriales. Me interesan mucho las religiones.

El teatro es…

Un entretenimiento para algunos, un aburrimiento para otros, un estímulo para unos pocos, una antigualla para los demás.

Unas palabras para los lectores de nuestra revista.

Gracias por su atención.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«

Luis Valverde
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Katy Gómez
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María Solar
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Agustín López-Raya
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Juan Eslava Galán

11 de octubre de 2022 by n7web

Juan Eslava Galán nació en Arjona (Jaén) el 7 de marzo de 1948 en el seno de una familia de agricultores. Estudió «filosofía y letras» y «filología moderna» en la Universidad de Granada, luego se iría a vivir a Albión, Bristol (en cuyo politécnico cursó estudios) y en Lichfield donde se matriculó en la Universidad de Aston.

De vuelta a España leyó su tesis, que fue calificada cum laude, en la universidad de Granada sobre el tema «Poliorcética y fortificación bajomedieval en el reino de Jaén».

Escritor de novela y ensayo, premio Planeta en el año 1987 por su novela «En busca del unicornio», suma varios premios y reconocimientos tras toda una vida dedicada al mundo de la literatura.

«Hago poesía, pero no me atrevo a publicarla»

JuAn Eslava Galán
Ensayista y novelista, ¿en qué género te sientes más cómodo?

Durante muchos años, cuando estaba escribiendo una novela me apetecía hacer ensayo y viceversa. Creo que ahora he encontrado mi camino haciendo ensayos novelados o novelas ensayadas.

¿Cómo te enfrentas a tus personajes?

En un principio son básicos y controlables. Después, si la novela va bien, ellos se te imponen y te obligan a seguirlos.

También has escrito poesía, ¿qué te aportó este género?

Soy poeta vengonzante. Hago poesía, pero no me atrevo a publicarla. Son ejercicios de estilo, especialmente sonetos.

Y también sobre sexo, ¿cuánto de sexo hay en tus escritos?

En mis escritos, como en la vida, hay sexo y gastronomía. Creo que son dos facetas del animal humano que pueden ser divertidas.

Fuiste premio Planeta, ¿te cambió la vida a partir de ese momento?

Absolutamente. Desde entonces no he tenido problemas para publicar.

A veces usas un seudónimo, Nicholas Wilcox, ¿por qué, con qué objetivo, por qué no firmar esas novelas con tu nombre?

Lo de Wilcox fue hace ya muchos años. Desde que se supo que era yo dejó de interesarme. Era una especie de juego que comenzó porque escribí una novela tipo best seller que no me atrevía a publicar con mi nombre por si decepcionaba a mis lectores.

Eres de Arjona (Jaén), además has vivido en Jaén, Granada, Bristol (Reino Unido), Lichfield (Reino Unido), Birmingham (Reino Unido), entre otras ciudades… si tuvieses que volver donde más feliz fuiste, dónde irías y por qué.

Fui relativamente feliz en mis años británicos, en los que con exiguo sueldo tenía que abrirme camino preparando oposiciones. También fui relativamente feliz cuando recorría Europa de mozo haciendo auto-stop (entonces se podía).

Dice uno de tus personajes en “Viaje a Tierra Santa” quelegustael“tumbing”,¿eresmásdeestartumbado leyendo, o te consideras hombre de acción y prefieres estar en movimiento?

Desgraciadamente tengo problemas vasculares que me aconsejan leer tumbado. También problemas basculares (de báscula). Me muevo menos de lo que debiera.

94 libros publicados, traducidos a 20 idiomas y distribuidos a 45 países, cifras magníficas. ¿Cuánto tiempo le dedicas a la escritura?

Me despierto a las 4.00 de la madrugada, minuto arriba minuto abajo, y me pongo a trabajar hasta las siete en que desayuno con mi mujer. El resto del día leo o escribo y a media mañana salgo a comprar vituallas. Un día con otro me saco entre ocho y diez horas de trabajo, fiestas incluidas.

44 años escribiendo, ¿alguna vez has sentido las ganas de dejarlo?

Nunca. Leer y escribir es mi vida. También veo cine, casi una peli al día y he incurrido en algunas series. Nunca he ido al fútbol ni a los toros.

¿Eres más de buscar un rincón perdido para escribir o en tu propio estudio?

En cualquier lugar escribo. No tengo preferencias.

¿Qué método aconsejarías para los nuevos escritores?

Cuatro pasos esenciales: leer, leer, leer y escribir, en ese orden. Y tachar mucho.

¿Qué piensas sobre la exclusión de la filosofía en las aulas?

Una barbaridad propia de los analfabetos funcionales que nos gobiernan.

¿La humanidad está condenada o aún puede tener esperanza?

La vida acaba abriéndose camino. La que sí veo condenada es a Europa.

¿Estamos lejos o más bien cerca de La Edad Media?

Lejos, claro, pero en lo de los respetos humanos seguimos siendo manifiestamente mejorables.

Un personaje histórico que te guste especialmente, por el que sientas admiración.

Fernando VII, el felón, aunque no sé si con todas mis fuerzas.

Si estuvieses sentado en la misma mesa con alguien que aprueba la guerra, ¿qué le dirías?

Intentaría que no me convenciera de hacerme belicista. Soy un chico fácil.

¿Sientes escepticismo hacia la democracia?

Es el menos malo de los sistemas políticos, creo que lo dijo Churchill. Muy de acuerdo. También existen muchos tipos de democracia, no son de la misma calidad la británica que la española, por ejemplo.

La religión es…

Una necesidad de una parte de la humanidad que debemos respetar (pero no deben imponérnosla a los que podemos prescindir de ella).

La política es…

Una calamidad necesaria. Hay que luchar por mejorarla siempre.

El lenguaje inclusivo es…

Una gilipollez de la que se cachondearán dentro de medio siglo, si no antes.

Un deseo.

Un libro y un amigo, un sueño breve que no perturben deudas ni pesares (Epístola Moral a Fabio).

Una pesadilla.

No las tengo. Sueño, como todo el mundo, pero no las recuerdo.

Unas palabras para los lectores de nuestra revista.

Lean, piensen, amen e intenten entender el mundo que nos rodea.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«

Luis Valverde
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Agustín López-Raya
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Magela Gracia

6 de septiembre de 2022 by n7web

magela-gracia

Magela Gracia es una mujer activa, descarada, de mente perversa y jovial. De padre andaluz y madre canaria, nació en 1979 en Las Palmas de Gran Canaria, donde residió con su familia hasta 2019.Actualmente trabaja como enfermera en Madrid.

Leer y escribir fueron sus mayores placeres desde los diez años, por lo que fue catalogada muchas veces de bicho raro. En el 2005 se especializó en literatura erótica, aunque antes había tocado otros géneros. ¿Y para qué empieza a escribir novela erótica? Pues para ella… y para sus amantes. Siempre ha encontrado apasionante poder transmitir la intimidad con las palabras, y al darse cuenta de que no se le daba mal, en 2011 abrió su propio blog.

Perversa y morbosa de nacimiento, acuñó la frase «La autora erótica que nadie reconoce leer». Así que, si te animas a leerla… le encantará saber que lo has hecho. Y lo mucho que te ha gustado hacerlo.

«Al igual que lloran cuando leen, yo lloro cuando escribo»

Magela Gracia
Eres canaria, ¿es cierto que vivir en una isla ayuda para la inspiración?

Pues no lo había escuchado nunca, la verdad. Será porque mi isla es pequeñita y da para enterarse de pocas cosas, jajaja. Ahora en serio, supongo que si el entorno es agradable, estás rodeada de gente que te quiere y te apoya y te encuentras cómoda, da igual dónde estés, porque estás en el lugar donde escribirás mejor. En mi caso, por suerte, casi siempre ha sido en mi isla. Además, los canarios somos gente muy maja y cercana, y si añadimos el paisaje privilegiado. Venga, vale. Vivir en una isla ayuda a encontrar inspiración. Y si es en una isla paradisíaca, ni te cuento.

Escritora erótica, ¿te gusta que te cataloguen de esta manera?

No me estresa. Casi todo lo que escribo es erótico, así que no puedo decir que no me sienta así. Tampoco me preocupa, ya que no considero que sea una literatura poco adecuada, sino que solamente está vetada a una determinada edad. Aprendí a defenderla con letras y si quieren menospreciar lo que hago, espero que encuentren argumentos más imaginativos que decir que son libros que solo se leen con una única mano. Estaré encantada de rebatir esos argumentos.

“La autora erótica que nadie reconoce leer”, eso está en tu página web. ¿Crees que es así?

A estas alturas, por suerte, ya no. Pero cuando empecé a escribir, es cierto que la mayoría de mis lectores eran hombres y que pocas mujeres me contaban que me seguían. Así que me pareció un eslogan de lo más apropiado. Y lo defiendo. Ser escritora de minorías no me parece malo si no pretendes vivir de ello. Aunque una escritora siempre quiere ser leída… no se puede gustar a todo el mundo. Y más en un marco tan amplio como es el erotismo, donde cada uno vive su sexualidad de forma tan diferente. Yo entiendo que si odiases practicar una orgía en la vida real, no te apetecería leerla. O quizá sí. Soy clara en lo que ofrezco: erotismo subido de tono con una historia intensa y personajes con una fuerte personalidad. Si te gusta ese género, espero que reconozcas que me lees si llegas a hacerlo.

¿Has trabajado otros estilos?

Por supuesto. De hecho, y por lo que me cuentan mis lectores, aprecian mucho mis páginas dramáticas. Hago llorar con mucha facilidad. Creo que se me da francamente bien el drama.

Lo que pasa es que, al igual que lloran cuando leen, yo lloro cuando escribo. Y, siendo sinceros, prefiero estar excitada a sentirme abatida cuando hago algo que me apasiona tanto. Así que, ¿alguien elegiría la otra opción?

¿Sigue existiendo tabú con respecto al erotismo?

Existió, existe y existirá. Y eso lo hace tan extraordinariamente excitante. Si no consigues ser provocador, remover por dentro, lograr hacer una muesca en alguna parte, ¿has conseguido algo con tu obra? Usar el tabú en tu beneficio es poner sobre la mesa de la gente un tema que se pretende esconder. Un tema que importa a todo el mundo, en mayor o menor medida. Poca gente vive su sexualidad de forma casi nula. Lo que quieras hacer con la sensación que te deja relacionarte con ese tabú, es lo divertido. Busco ese hormigueo que deja lo prohibido. Para sexo de sábana fenestrada y luz apagada no sirvo. Los tabús son recursos maravillosos.

portada de libro
¿Crees que hay demasiados tabús con el erotismo actual?

Cada vez menos, porque la red de información y el acceso a ella es tan amplia, y muy a menudo tan accesible, que da incluso un poco de miedo para según qué tipo de público. Me refiero al influenciable menor de edad. El sexo que yo describo no es para menores de 18 años. Es más, no es para mayores de edad que no tengan cierta experiencia y conocimiento propio. No me gustaría que alguien deseara tener su primera experiencia sexual como las que yo describo porque lo has leído en mis libros, sino porque después de tener bien definidos sus gustos y preferencias, algo en una de mis páginas le hizo sentir ese nudo bajo el ombligo.

Así que creo que bien usada y contrastada, Internet es una fuente inagotable de descubrimiento. Y si descubres algo, lo entiendes y de pronto comprendes que te inspira, deja de ser, en cierto modo, tabú. Que no puedas hablar con tus padres de erotismo no quiere decir que tú no puedas hablarte a ti misma de erotismo. Y yo escribo para una persona, la que me lee, y no para todo ese círculo de personas que la rodean. Si ella presta mi libro, o mejor, les compra un ejemplar y se lo regala, a mí me hace un enorme favor. Pero no por ello voy a conseguir derribar un tabú. Si esa persona quiere derribar los suyos, sería un honor haber contribuido.

portada de libro
¿En qué te inspiras para escribir tus novelas?

Siempre hay una escena principal en mis novelas. Un momento cumbre que me viene a la cabeza y hacia donde se dirigen los personajes de mis libros. No ha de ser ni la final, ni la más importante, ni quizá la que vaya a recordar el lector. Pero en mi cabeza es como un fotograma alrededor del cual gira todo, y hasta que no tiene sentido la historia integrando esa escena, no está el libro. Por eso, a veces, me cuesta tanto terminarlos.

Antes escribía pequeños relatos para una fotografía. Después, sencillamente tengo ese momento grabado en la cabeza. La historia irá hacia ella, la traspasará y seguirá de largo. Si, como lector, eres capaz de localizar esa escena, me siento completamente realizada como escritora.

¿Qué fue antes, “50 sombras de Grey” o Magela Gracia?

No tengo ni idea de cuándo se escribió y, desde luego, no leí esa saga hasta años después de ser un bombazo. Escribo erótica desde la universidad, allá por 1998.

Lo que sí es cierto, y hay que reconocerle ese mérito, es que se lee más erótica sin tapujos desde las famosas sombras. En mi formación como escritora no influyeron, aunque imagino que en la creación de la figura de lectoras eróticas reconocidas, puede que sí. Así que diremos que, como un escritor no es nada sin sus lectores, nunca podré separarme del fenómeno sombras, aunque no me sienta identificada como escritora o lectora de esa saga.

«yo escribo para una persona, la que me lee»

Magela Gracia
¿Sientes la literatura erótica como de segunda división?

Nunca, por más que se empeñen, lo será. Lo que hay son libros malos y buenos, igual que de cualquier género. Que sea consumido y escrito en su mayoría por mujeres no lo convierte en algo de segunda clase, solo lo lleva a ser un género que se consume en gran cantidad por un enorme volumen de lectoras. ¿Eso es malo? ¡Es maravilloso! Escribir para gente que estudia la reproducción del escarabajo pelotero sería tan específico, ¡pero yo escribo para gente a la que le gusta y disfruta de su sexualidad! ¿Hay algún género que pueda decir que tiene tantos lectores diana? Y, dicho esto, me disculpo con las personas que se dedican al estudio de dicho escarabajo.

Odio que se diga que las escritoras y lectoras de erótica lo hacen porque les falta sexo en su vida. Es como decir que una persona que lee novela negra necesita asesinatos en su vida, y como no puede matar, lee sobre ello. ¡Es tan absurdo!

Tú publicas con Planeta, ¿qué tal la distribución con este género?

El consumo de libros de romántica y erótica en digital es tan amplio y favorece tanto a adaptarse al estilo de vida de las lectoras; precios económicos, fácil acceso, discreción de compra, inmediatez en la entrega, catálogo amplio a rabiar y diversidad de subgéneros, que es imposible decir algo en contra de la distribución del libro en digital de Planeta. Otra cosa sería la visibilidad del libro en papel más allá de los grandes autores, pero ese es otro tema bien distinto. Y yo no publico en papel con ellos.

Hay algunos que para escribir se pierden a un rincón fuera de su entorno, otros en cambio trabajan en casa. ¿En qué grupo estás tú?

Puedo escribir en absolutamente cualquier sitio. Comprobado rigurosa y científicamente. He sido capaz de escribir escenas de alto voltaje en un parque de bolas infantil mientras mis hijas disfrutaban de la compañía de sus amigas en cumpleaños varios.

Si puedo con ese escándalo, puedo con todo. Y si consigo concentrarme tanto en un ambiente tan poco propicio. Ahora mismo, por ejemplo, estoy contestando a esta entrevista en un avión mientras la pasajera de al lado echa cortos vistazos a mi pantalla y cuchichea con su marido. ¿Qué estará pensado de mí al verme escribir la palabra orgía? Si me pide un libro al final del viaje será toda una sorpresa.

¿Cuánto de erotismo tiene la vida?

Dudo que haya mucho que pueda estar más presente que el erotismo. Igual, muchas cosas. Pero más, ¿el amor por tu familia y tus hijos? Después de eso, al menos para mí, no hay nada. ¿Estoy enferma? Si es así, no me busques cura. Me encanta estarlo.

¿Podemos ver erotismo en la naturaleza?

Jejejeje. ¿De qué viven si no la mayoría de los “memes” de Internet? Como digo, no creo que haya algo que tenga mucho más peso en nuestra existencia, y me considero una persona de lo más “natural”, que no digo normal. Ser anodina no va conmigo, pero la naturaleza tampoco lo es. Pongamos como ejemplo la temperatura, la cadencia de los sonidos, la interacción con tus semejantes. No digo que todo deba conducir al sexo, pero si nada te estimula sexualmente hablando, es triste.

Yo espero que mis hijas puedan decir que las crie en un ambiente sexualmente sano, abierto y propicio para el desarrollo, entendiendo que el sexo es algo tan natural que es casi lo único que compartimos con todos los seres vivos. Venga, vale, reproducirse no implica explotar todo tu potencial sexual. Pero seguro que me has entendido.

De profesión enfermera, ¿te ayuda a la hora de contar historias?

La enfermería se basa en las relaciones interpersonales para llegar a un estado de salud. Conocer a las personas, entenderlas, escucharlas, ¿puede haber algo que ayude más a crear personajes de carne y hueso para una novela? Si no vas a tener pasión en tu profesión de relación personal, no la tendrás escribiendo.

Eso no quiere decir que escriba sobre pacientes, sino que escribo para personas a las que podría haber tratado o que podrían ser personajes de mis libros. Gente normal, que siente y hace sentir. Para eso solo hay que tener piel y lengua. Y no me refiero para lamer, sino para conquistar con la palabra. O, en su defecto, con palabras escritas. Sí, sin duda, una profesión que hace que te relaciones tanto con seres humanos, ayuda y te enseña a escribir para ellos. Además, sin una sexualidad plena y desarrollada para complacerte, no hay salud plena como tal. Somos seres biopsicosociales que necesitan cubrir esas necesidades sexuales tras tener las primarias cubiertas. Primero, respira y come. Luego, folla bien y a gusto.

¿En qué te inspiras para escribir?

Era más fácil contestar en lo que no me inspiro. Básicamente, si me produce un escalofrío, me permite escribir unas líneas. Y, si me moja la entrepierna, ya tengo novela. Cualquier situación puede resultar excitante, incluso las más tristes y estresantes, ya que el sexo es liberador. Un buen polvo tras una tragedia no hace que la tragedia no haya sucedido, sino que ayuda a canalizar los sentimientos para soportarlos mejor.

¿Estás trabajando en alguna novela?

Siempre. Lo que pasa es que muchas veces la vida familiar y de mujer trabajadora es incompatible con encontrar media hora para sentarse a escribir. Y creo que lo mínimo que se necesita para encontrar la voz del personaje dentro de ti es media hora. Vestirte con su piel lleva su tiempo. Si no vas a hacerlo bien, mejor no escribir. Pero siempre hay una novela en la que ponerse a trabajar. No conozco a ninguna escritora que no la tenga.

Una o un escritor erótico que tengas como referencia.

Elisabet Benavent, aunque no se dedique solo a la erótica. Creo que sus personajes suelen estar muy bien construidos.

Quédate con un solo libro de los tuyos, ¿cuál elijes y por qué?

“Desearás lo prohibido”, de la saga “Su hermano”. Tiene todo lo que una novela erótica necesita para hacer que el lector se enganche. Además, fue mi primera novela y la que me dio a conocer como escritora, así que le tengo un cariño especial. Sus personajes me han acompañado muchos libros después. Es morbosa, fresca y divertida. La adoro.

¿Descalza en la playa o botas cálidas sobre la nieve?

Descalza. Soy de mar y arena, aunque no me resisto a pasear por la nieve, ya que ahora vivo en Madrid y en mi segundo invierno allí nos acompañó Filomena. Habría mirado las noticias de la nieve con nostalgia desde la playa si llega a pillarme en Canarias. Pero sí, sin duda elijo la playa al atardecer, con los tobillos mojados y la piel son sabor a sal.

¿Es más bonito desnudar el cuerpo o el alma?

¿No se pueden hacer las dos cosas al tiempo? Mira que soy nudista además de exhibicionista, y no lo digo solo por el cuerpo. Lo digo por la vida. Quien me conoce sabe que no tengo filtro, ni soy capaz de quedarme las cosas para mí. Si no las comparto, me falta algo. Por eso soy tan feliz en compañía, y muy feliz escribiendo para que me lean, que siempre es una estupenda manera de desnudar el alma para otro. Hay mucho de mí en mis novelas, al igual que mucho de mí en mis redes sociales. Se me puede ver el cuerpo, al igual que el alma, con mucha facilidad a poco que me busquen.

Para ti, ¿qué elementos imprescindibles debe tener una cena romántica?
magela-gracia

Solo hacen falta dos elementos. Una persona que quiera cautivar a otra sin vergüenza maldita, con descaro e inteligencia… y unas manos de hombre capaces de producir escalofríos. Quizá me he ido más a la parte erótica de la cena romántica, pero es que ya no estoy en la fase de soñar con la idealización del amor, sino en la de hacer realidad las fantasías que no me quiero llevar conmigo al infierno tras ser incinerada.

magela-gracia
Una confesión.

Que la pasajera de al lado no me ha pedido ningún libro. ¡Tampoco un autógrafo! Jejejeje.
Ahora en serio. Confieso que soy feliz cuando me leen, pero soy más feliz cuando escribo. Y me gusta esa intimidad que tengo conmigo misma y que casi nunca puedo disfrutar de otra manera. Ni leyendo a solas soy tan yo como cuando estoy delante de la hoja en blanco.

Un deseo.

Tener tiempo para todo, y salud cuando hay tiempo. El resto viene rodado. Para eso, creo que unos euromillones ayudan. En lo del tiempo, no en lo de la salud. Jubilación a los 45, para viajar mucho y escribir más desde miles de escritorios distintos.

Una pesadilla.

Sueño mucho con la muerte. Me ha perseguido bastante despierta, en lo personal y lo profesional, así que es una compañera de viaje que no consigo sacar de mi cama, duerma donde duerma.

Un recuerdo que te produzca nostalgia.

La última noche que cené en familia antes de meter mi vida en un barco y pasar dos días navegando para cambiar de vida. Después, cada despedida cuando regreso a casa desde Canarias me produce nostalgia. Pero elegí cenas eróticas con un hombre que no tiene vergüenza maldita y sí muchas ganas de tratarme con descaro e inteligencia. Además de poseer unas manos sumamente excitantes.

Vivir de la literatura es…

Algo que quise. Algo que habría estado bien, jodidamente bien, pero algo a lo que renunciaría por lo que tengo ahora. Una familia estable con la que quiero disfrutar. No dejé mi mundo atrás para pasarme horas en soledad con mis personajes.

El día que sea compatible con mi vida actual, pasará de ser un sueño a una realidad.

Pero, de momento, prefiero lo que tengo. Y eso, probablemente, se puede llamar madurar con sensatez. Escribir media vida, pero no más que la que me da mi tiempo con mis hijas y mi pareja.

La política es…

Una estupenda manera de cabrearte una tarde de verano con cervezas y amigos de por medio. Mejor, cuando son amigos de tu pareja y no tienes que verlos todos los días en el trabajo. Así el cabreo dura lo que duran las cervezas frías. Y ya que tu pareja se aclare con sus amigos cuando dices cosas que son políticamente incorrectas.

La religión es…

Una maravillosa excusa para encontrar un pecado que cometer.

El sexo es…

Sublime si encuentras a la persona con la que disfrutarlo sin reservas. Y esa persona siempre vas a ser tú mismo. Así que… ¡hay que encontrarse! Luego ya encontrarás a la otra que pueda compartir ese metro y medio de la cama. Y si no aparece de primeras, sigue buscando.

Una palabras que quieras decir para todos los lectores de Los Putrefactos

¿Qué haces que no estás aún interesada por uno de mis libros? Cualquiera. En cualquier formato. Pirata no, por favor, que son muy baratos en Amazon. Quizá solo necesitas leer esa frase que yo tengo en la cabeza, y en la entrepierna, y que puse ahí para ti… para que quieras más. Si la encuentras, y hago una marca ahí donde aparezca, gracias por dejarme formar parte de ti. Quizá empieces a ser una de esas lectoras que no reconocen que me leen. O puede que llegues a leerme reconociéndolo. Sea como sea, si has llegado hasta aquí leyendo esta entrevista, has ayudado a que desnude mi alma delante de alguien, y eso, para una exhibicionista, es todo un regalo.

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