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Entrevista

Susana Martín Gijón

25 de diciembre de 2022 by n7web

Escritora y guionista nacida en Sevilla en el año 1981.

Licenciada en Derecho y especializada en relaciones internacionales y derechos humanos. Fue directora general del Instituto de la Juventud deExtremadura, del año 2007 al año 2011. También fue presidenta de la Asociación de escritores extremeños.

Jurado en diversos certámenes y concursos literarios.
Finalista del premio Felipe Trigo y finalista del premio La Trama por su novela “Náufragos”, publicada en 2015.

Premio Avuelapluma de las Letras, 2021.

Es autora de la serie de novelas protagonizada por Camino Vargas Progenie (2020), Especie (2021) y Planeta (2022), todas ellas publicadas por Alfaguara.

En marzo de 2022 ha publicado su colección de cuentos infantiles No sin mi perro, ilustrados por profesionales de la talla de Fermín Solís o Ana Brown.

En abril de 2022 se publica su primera ficción sonora, Muerte en Padmasana, en la plataforma Storytel.

«la calidad de vida aumenta gracias al vínculo entre el niño y el animal»

susana martín gijón
Publicaste una colección de cuentos infantiles “No sin mi perro”, cuéntanos de que van.

Son seis cuentos con una temática común: niños y niñas y su relación con sus perros de asistencia. Fue un encargo del gobierno extremeño para dar a conocer estas realidades y cómo los perros pueden salvar vidas, ya sea en personas con diabetes, epilepsia, trastornos del espectro autista… y cómo la calidad de vida aumenta gracias al vínculo entre el niño y el animal. Fue un proyecto precioso con el que aprendí muchísimo y que ahora se utiliza como material de sensibilización en cientos de centros educativos.

Estos cuentos también verán la luz en formato cortometraje, ¿cómo va el proyecto?

Pues ojalá vea la luz, porque yo tan solo me encargué de los guiones y ahora corre por cuenta de otros echar a rodar la parte de producción. Me encantaría verlos pronto en la pantalla.

También has publicado una ficción sonora, “Muerte en Padmasana”, ¿en qué consiste una ficción sonora y cuál es el objetivo?

La historia, en lugar de encontrárnosla en las páginas de un libro, la hallaremos en una plataforma de audio a través de varios capítulos y con la ventaja de que no nos encontramos solo con un narrador o narradora (como en los audiolibros) sino que cada personaje está doblado por un actor o actriz diferente, hay efectos especiales, etc. Vamos, un poco como una serie audiovisual solo que sin necesitar estar pendiente de una pantalla. A mí me ha encantado trabajar en este formato y el resultado es estupendo, porque los matices de voz de los profesionales, los efectos sonoros, todo hace que te sumerjas mucho en la historia.

Uno de tus personajes más conocidos es la policía Annika Kaunda, de origen namibio, ¿por qué Namibia?

Por varias razones, pero las principales se van desgranando a lo largo de toda la trilogía.

Lo que sí puedo contar es que Annika tuvo que huir de la guerra con Sudáfrica cuando era una niña y acabó recalando en un centro de menores extremeño, donde creció.

En este año has realizado el guion de la serie “La novia gitana”. ¿Qué diferencias ves entre escribir novela y guion?

Muchísimas, son dos formatos tan diferentes que exigen formarse en cada uno de ellos de modo separado, aunque luego las enseñanzas del uno se puedan aplicar en el otro. Quizá lo esencial es que en la novela estás solamente tú. Acabas y ya. Pero para el guion hay que tener en cuenta que te encuentras en el primer escalón, que vendrá la dirección, el reparto, la productora… y el resultado final será la suma de todos.

¿En qué género te encuentras más cómoda?

Hasta ahora en la novela, pero me encanta aprender y me lo paso muy bien con cada nuevo reto.

¿Estás en estos momentos en algún proyecto nuevo?

Y cuándo no… Estoy en varios, creo que ya tengo cansancio crónico. Pero sin queja, ¿eh? Feliz.

En 2021 consigues el premio “Avuelapluma de las letras” por tu trayectoria literaria. ¿Qué tal fue la experiencia?

Maravillosa. Ese premio fue otorgado junto a otras categorías como el periodismo, donde coincidí con Nacho Carretero, o las artes escénicas, entregado a Cristina Gallego. Personas estupendas con las que aprendí –y me reí– mucho. Además, el hecho de que me lo entregaran en mi tierra siempre lo hace más querido.

Has sido parte del jurado en varios certámenes, ¿recomiendas a escritores noveles presentarse a concursos literarios?

Sin duda. Es una buena oportunidad para ser leídos por editores, que suelen estar presentes en la composición de los jurados.

Si además uno se lleva el premio, en casi todos se garantiza una buena publicación, lo que supone abrir muchas de esas puertas que son tan complicadas en los inicios.

«he trabajado muy duro durante muchos años y ahora estoy obteniendo los frutos»

susana martín gijón
¿Qué te gusta de la novela negra?

¡Casi todo, por eso no paro de escribirla! A ver, lo buen vehículo que es para el retrato de la sociedad actual, la capacidad de enganchar a las y los lectores en una trama adictiva, el juego entre escritor/a y lector/a para averiguar quién es el culpable…

Te dedicas a la escritura a tiempo completo, ¿es una rareza o se puede vivir de la escritura?

Creo que ambas cosas. No es fácil, pero yo he apostado por ello, he trabajado muy duro durante muchos años y ahora estoy obteniendo los frutos. Mientras me resulte posible, seguiré así.

Has sido ganadora de varios premios literarios, ¿los premios te cambian la vida?

A mí no me la han cambiado, pero sí me han ayudado a seguir dándome a conocer y han sido una gran motivación en una profesión tan llena de incertidumbre como es esta.

¿Qué te da Extremadura como escenario de tus novelas?

La posibilidad de mostrar la Extremadura real, lejos de los clichés que aunque parezca increíble, se siguen perpetuando en buena parte del imaginario.

¿Tiene Sevilla un color especial?

Para mí, el negro es el color especial. Y le va que ni pintado a la ciudad. Yo creo que una novela gana con un buen escenario, y en el caso de Sevilla, tenemos uno extraordinario.

¿Eres más de escribir en un rincón solitario e inspirador, o eres más bien de casa y despacho?

De rutina. Hay que tomarse la profesión muy en serio, dedicarle la jornada laboral como a cualquier otra, y para eso se necesita la habitación propia, llámese despacho, que te permita concentrarte y sacar adelante el trabajo.

Un lugar especial donde te gusta perderte.

Las callejuelas del casco histórico de Cáceres.

¿Qué te falta por aprender?

Casi todo. Y por desaprender, más todavía.

Una escritora y un escritor de cabecera.

Quizá no tanto, pero los últimos que me han emocionado: Tatiana Tîbuleac y Alejandro Zambra.

Una entrevista de Luisje Moyano.
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Pedro Víllora

26 de octubre de 2022 by n7web

Pedro Víllora es escritor, periodista y profesor de teoría de la literatura y del teatro. Además de sus obras propias, ha estrenado adaptaciones de clásicos españoles (“La vida es sueño”, “La dama duende”…), extranjeros (“Casa de muñecas”, “Tartufo”…), zarzuela (“Agua, azucarillos y aguardiente”, “Revoltosa’69”…), musicales (“Into the Woods”, “Excítame”…), así como versiones de Emilia Pardo Bazán (“Insolación”), Galdós (“El caballero encantado”) o Gómez de la Serna (“La sagrada cripta de Pombo”).

Ha sido becario de la Academia de España en Roma, vicedirector de la Real Escuela Superior de Arte Dramático y ha recibido la Medalla al Mérito Cultural de Castilla-La Mancha, entre otros galardones. En 2022 ha publicado “Calipso y los hombres”, ha estrenado “El amor… Falla”, “María Callas, sfogato” y “Los chicos del coro”, y es asesor de dramaturgia de Declan Donnellan en “La vida es sueño”.

«Escribir es un trabajo como otro cualquiera y se trata de hacerlo lo mejor posible, como cualquier otro trabajador.

Pedro Villora
En el año 2022 escribes la dramaturgia de: “El amor…Falla”, ¿qué nos puedes contar de ella?

Es un proyecto que he hecho con el director Alberto Frías, que también acaba de dirigir “María Callas, sfogato”. En el caso de “El amor… Falla”, es un acercamiento al periodo en que un joven Manuel de Falla vivió en Francia, adonde fue tras fracasar en su intento de estrenar “La vida breve” en España. En la primera parte del espectáculo, se intercala el monólogo de Falla con algunas de sus canciones interpretadas por Diana Navarro, hasta llegar al momento en que debe regresar a España con el inicio de la Primera Guerra Mundial y entonces se incluyen un par de sus canciones antibélicas de la época. La segunda parte es “El amor brujo”, donde recuperamos la estructura y los textos de la versión original, interpretados por Diana Navarro, y he hecho una dramaturgia para narrador que elimina al resto de personajes. “El amor… Falla” y “María Callas, sfogato” tienen cierta relación: en la primera vemos a un artista que desea triunfar y está a punto de hacerlo, mientras que en la segunda asistimos al crepúsculo de una artista que ha conocido el mayor de los éxitos, pero también la decadencia.

También en el año 2022 se publica tu obra “Ofelia”. Cuéntanos un poco sobre el proceso, escritura, editorial, traducción, público, etc.

“Ofelia” es una obra sobre abusos en el ámbito universitario.

La muerte de una doctorada en traducción conduce a un enfrentamiento entre su director de tesis y su novio. Hay razones para pensar que ambos han abusado de ella, y el conflicto se da entre reflexiones sobre el teatro shakespeariano, la teoría de la traducción y la historia del pensamiento teatral y estético. La obra se publicará en otoño en la editorial Sial Pigmalión y ha sido traducida al griego, inglés y serbio.

Otro de tus trabajos recientes es la adaptación de “Los chicos del coro”, ¿cómo fue la experiencia?

Me apasiona el teatro musical, así que pocos proyectos me podían alegrar tanto como este. Me he inspirado en la película de Christophe Barratier, que a su vez partía de otra de 1945: “La cage aux rossignols”. Barratier ya había hecho una versión teatral muy fiel a su guion, pero en esta ocasión hay más cambios, con canciones y personajes nuevos. He hecho letras en español para las canciones de la película y aparte hay canciones hechas a propósito para el musical. Es un trabajo que tiene mucho que ver con “El amor… Falla” y “María Callas, sfogato”, porque también hay aquí una reflexión acerca del arte y su papel en la educación y formación de los individuos y de la sociedad.

Has escrito teatro, poesía, narrativa, ensayo, ¿dónde te sientes más cómodo?

Me da igual el género o el formato. Nada es más fácil o más difícil que otra cosa. Cada uno tiene sus exigencias, pero también sus compensaciones. Escribir es un trabajo como otro cualquiera y se trata de hacerlo lo mejor posible, como cualquier otro trabajador.

Te han dado hace poco el premio “Internacional Teatro Esquilo” por tu obra “Ofelia” y por todo el conjunto de tu obra dramática. ¿Qué importancia tienen para ti todos los premios que has recibido?

Los agradezco mucho. Cuando era veinteañero los premios me permitían evitar caer en la frustración de no estrenar nada. La falta de reconocimiento por un lado la compensaba por otro. Por eso animo a los jóvenes a que se presenten a todos los premios que puedan, porque son un medio para darse a conocer, pero sin verlos como un fin en sí mismos. Entiendo que, salvo excepciones, no se escribe para ganar premios, sino para que te lean y, si los premios te lo facilitan, bienvenidos sean.

Recientemente, por ejemplo, el Ministerio de Cultura ha dado el segundo Premio a los Libros Mejor Editados del año a “Hércules 1417”. Ahí no se está premiando mi texto, sino el trabajo conjunto de todos los que hemos hecho el libro: el ilustrador Das Pastoras, el diseñador gráfico Cristo Aleister, el director de Nuevo Nueve Editores, Ricardo Esteban, y el editor José Villarrubia, de quien partió la idea de hacerlo. El premio sirve para llevar el libro a la feria de Francfort y a varias exposiciones internacionales, y para que Nuevo Nueve reciba más atención de cara a subvenciones y proyectos. No recibimos dinero directamente, pero sí promoción y, con suerte, lectores, y eso es importante.

¿Cuánto puede cambiar un premio a una persona?

Mal gestionado te puede volver tonto, o más bien confirmar la tontería que ya tenías antes y que quizá no se notaba tanto.
No eres mejor escritor por recibir premios: simplemente has tenido la suerte o la habilidad de estar ahí cuando hacía falta. Por otra parte, en España se otorgan tantos premios que casi lo más raro es no tener ninguno.

Tus espectáculos han recorrido Berlín, el Teatro Piccolo de Milán, Toulouse, Mérida, Almagro, etc. ¿Alguna anécdota de todos esos templos teatrales?

Cada experiencia da para mil anécdotas, pero el resumen es que no se es más ni menos por estrenar ahí que en una sala alternativa o un centro cultural de barrio.

Todo es valioso. Este año, por ejemplo, he escrito un libreto de ópera breve para el trabajo fin de curso de un jovencísimo estudiante de Composición del Conservatorio, Sergio García. “Tren de cercanías” se ha hecho solo dos días en la Escuela Superior de Canto, pero para mí no es menos importante que haber hecho “El amor… Falla” en el Auditorio Nacional. Para mí no hay trabajos mayores y menores, sino resultados mejores o peores.

Y aun así tienes tiempo para la docencia, ¿cómo de compatible es con tu ritmo artístico?

El horario de las clases me impide dirigir tanto como querría. Este año solo he podido dirigir un cortometraje en un fin de semana. Por eso escribo tanto, dado que me puedo hacer mi propio horario al margen de las clases. Pero echo mucho de menos tener más tiempo para la dirección. Si no diese clases quizá escribiría menos y dirigiría más, y la verdad es que lo estoy pensando. Lo que pasa es que el contacto con los alumnos me sigue apasionando, porque es una suerte enorme poder trabajar con artistas jóvenes llenos de vida y de ganas.

También eres coleccionista de arte. ¿Qué te llevó a coleccionar obras? ¿Qué obra resaltarías de tu colección?

Colecciono obras vinculadas con el teatro o con la literatura; es decir, figurines, escenografías y dibujos y pinturas de escritores o de intérpretes. Nada de lo que tengo es económicamente valioso, pero sí hay piezas a las que tengo mucho cariño: un par de esculturas de Ana María Matute, algún dibujo de Terenci Moix o de Emilia Pardo Bazán, acuarelas de Analía Gadé, cuadros de Nati Mistral o Mary Carrillo, diseños de Burmann, Vitín Cortezo, Pepito Zamora, Álvaro Retana, Adrián Gual, Miguel Narros, Javier Artiñano, Leonor Fini, Paco Nieva, Victorina Durán, Emilio Burgos… Comencé sin pensarlo, y de repente me di cuenta de que se había convertido en una afición. También es una manera de rescatar piezas que, por estar hechas en papel y tener una finalidad utilitaria y no artística, han sido muy poco valoradas y a veces me las he encontrado literalmente tiradas en el suelo.

¿Qué opinas del hecho de que la filosofía haya desaparecido en las aulas?

Opino lo que cualquiera: una desgracia encaminada a potenciar el pensamiento único.

Sara Montiel.

Fue una enorme sorpresa cuando me pidió que escribiese sus memorias porque yo no era fan de ella, y es que precisamente eso era lo que ella quería: una mirada joven, desprejuiciada y no complaciente. Descubrí a una mujer tan inteligente como divertida y a quien siempre estaré agradecido. El recuerdo de sus últimos años no debería ocultar la enorme importancia de su trabajo y de su persona durante tantos años.

María Callas.

Me apasiona escribir sobre grandes artistas y pocos hay tan grandes en su terreno como Callas. Investigar su vida, leer sus cartas y acercarme a su mundo para sintetizarlo en apenas hora y media de espectáculo ha sido un regalo.

La música es otra de tus pasiones, ¿en qué estilo te sientes más cómodo, y por qué?

Mi sueño sería componer boleros porque en el fondo soy un romántico.

Visitas con frecuencia tu pueblo, La Roda (Albacete), ¿prefieres la ciudad o el pueblo?

Me siento cómodo en todas partes. En La Roda están mis raíces y en las ciudades encuentro casi todo lo que me gusta: museos, barrios históricos, monumentos.

Me encantaría vivir en una ciudad pequeña, monumental y cercana al campo y los bosques, como León, Zamora, Soria, El Escorial, Cáceres…

Algún rincón donde te apartes para escribir, ¿o lo haces en tu estudio?

En casa tengo una habitación con todo lo que necesito: libros y conexión a internet.

Un lugar para perderse y desconectar del mundo.

Ríos, campos, bosques…

Vuelven los nazis y comienzan con la quema de libros, tienes el poder de escoger uno, ocultarlo y salvarlo, ¿cuál sería y por qué?

Salvaría la Enciclopedia Británica, para tener algo de recuerdo del pasado y estímulo del porvenir.

La religión es…

Una manera de acercarse a las necesidades y los deseos inmateriales. Me interesan mucho las religiones.

El teatro es…

Un entretenimiento para algunos, un aburrimiento para otros, un estímulo para unos pocos, una antigualla para los demás.

Unas palabras para los lectores de nuestra revista.

Gracias por su atención.

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Juan Eslava Galán

11 de octubre de 2022 by n7web

Juan Eslava Galán nació en Arjona (Jaén) el 7 de marzo de 1948 en el seno de una familia de agricultores. Estudió «filosofía y letras» y «filología moderna» en la Universidad de Granada, luego se iría a vivir a Albión, Bristol (en cuyo politécnico cursó estudios) y en Lichfield donde se matriculó en la Universidad de Aston.

De vuelta a España leyó su tesis, que fue calificada cum laude, en la universidad de Granada sobre el tema «Poliorcética y fortificación bajomedieval en el reino de Jaén».

Escritor de novela y ensayo, premio Planeta en el año 1987 por su novela «En busca del unicornio», suma varios premios y reconocimientos tras toda una vida dedicada al mundo de la literatura.

«Hago poesía, pero no me atrevo a publicarla»

JuAn Eslava Galán
Ensayista y novelista, ¿en qué género te sientes más cómodo?

Durante muchos años, cuando estaba escribiendo una novela me apetecía hacer ensayo y viceversa. Creo que ahora he encontrado mi camino haciendo ensayos novelados o novelas ensayadas.

¿Cómo te enfrentas a tus personajes?

En un principio son básicos y controlables. Después, si la novela va bien, ellos se te imponen y te obligan a seguirlos.

También has escrito poesía, ¿qué te aportó este género?

Soy poeta vengonzante. Hago poesía, pero no me atrevo a publicarla. Son ejercicios de estilo, especialmente sonetos.

Y también sobre sexo, ¿cuánto de sexo hay en tus escritos?

En mis escritos, como en la vida, hay sexo y gastronomía. Creo que son dos facetas del animal humano que pueden ser divertidas.

Fuiste premio Planeta, ¿te cambió la vida a partir de ese momento?

Absolutamente. Desde entonces no he tenido problemas para publicar.

A veces usas un seudónimo, Nicholas Wilcox, ¿por qué, con qué objetivo, por qué no firmar esas novelas con tu nombre?

Lo de Wilcox fue hace ya muchos años. Desde que se supo que era yo dejó de interesarme. Era una especie de juego que comenzó porque escribí una novela tipo best seller que no me atrevía a publicar con mi nombre por si decepcionaba a mis lectores.

Eres de Arjona (Jaén), además has vivido en Jaén, Granada, Bristol (Reino Unido), Lichfield (Reino Unido), Birmingham (Reino Unido), entre otras ciudades… si tuvieses que volver donde más feliz fuiste, dónde irías y por qué.

Fui relativamente feliz en mis años británicos, en los que con exiguo sueldo tenía que abrirme camino preparando oposiciones. También fui relativamente feliz cuando recorría Europa de mozo haciendo auto-stop (entonces se podía).

Dice uno de tus personajes en “Viaje a Tierra Santa” quelegustael“tumbing”,¿eresmásdeestartumbado leyendo, o te consideras hombre de acción y prefieres estar en movimiento?

Desgraciadamente tengo problemas vasculares que me aconsejan leer tumbado. También problemas basculares (de báscula). Me muevo menos de lo que debiera.

94 libros publicados, traducidos a 20 idiomas y distribuidos a 45 países, cifras magníficas. ¿Cuánto tiempo le dedicas a la escritura?

Me despierto a las 4.00 de la madrugada, minuto arriba minuto abajo, y me pongo a trabajar hasta las siete en que desayuno con mi mujer. El resto del día leo o escribo y a media mañana salgo a comprar vituallas. Un día con otro me saco entre ocho y diez horas de trabajo, fiestas incluidas.

44 años escribiendo, ¿alguna vez has sentido las ganas de dejarlo?

Nunca. Leer y escribir es mi vida. También veo cine, casi una peli al día y he incurrido en algunas series. Nunca he ido al fútbol ni a los toros.

¿Eres más de buscar un rincón perdido para escribir o en tu propio estudio?

En cualquier lugar escribo. No tengo preferencias.

¿Qué método aconsejarías para los nuevos escritores?

Cuatro pasos esenciales: leer, leer, leer y escribir, en ese orden. Y tachar mucho.

¿Qué piensas sobre la exclusión de la filosofía en las aulas?

Una barbaridad propia de los analfabetos funcionales que nos gobiernan.

¿La humanidad está condenada o aún puede tener esperanza?

La vida acaba abriéndose camino. La que sí veo condenada es a Europa.

¿Estamos lejos o más bien cerca de La Edad Media?

Lejos, claro, pero en lo de los respetos humanos seguimos siendo manifiestamente mejorables.

Un personaje histórico que te guste especialmente, por el que sientas admiración.

Fernando VII, el felón, aunque no sé si con todas mis fuerzas.

Si estuvieses sentado en la misma mesa con alguien que aprueba la guerra, ¿qué le dirías?

Intentaría que no me convenciera de hacerme belicista. Soy un chico fácil.

¿Sientes escepticismo hacia la democracia?

Es el menos malo de los sistemas políticos, creo que lo dijo Churchill. Muy de acuerdo. También existen muchos tipos de democracia, no son de la misma calidad la británica que la española, por ejemplo.

La religión es…

Una necesidad de una parte de la humanidad que debemos respetar (pero no deben imponérnosla a los que podemos prescindir de ella).

La política es…

Una calamidad necesaria. Hay que luchar por mejorarla siempre.

El lenguaje inclusivo es…

Una gilipollez de la que se cachondearán dentro de medio siglo, si no antes.

Un deseo.

Un libro y un amigo, un sueño breve que no perturben deudas ni pesares (Epístola Moral a Fabio).

Una pesadilla.

No las tengo. Sueño, como todo el mundo, pero no las recuerdo.

Unas palabras para los lectores de nuestra revista.

Lean, piensen, amen e intenten entender el mundo que nos rodea.

Una entrevista de Luisje Moyano.
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Magela Gracia

6 de septiembre de 2022 by n7web

magela-gracia

Magela Gracia es una mujer activa, descarada, de mente perversa y jovial. De padre andaluz y madre canaria, nació en 1979 en Las Palmas de Gran Canaria, donde residió con su familia hasta 2019.Actualmente trabaja como enfermera en Madrid.

Leer y escribir fueron sus mayores placeres desde los diez años, por lo que fue catalogada muchas veces de bicho raro. En el 2005 se especializó en literatura erótica, aunque antes había tocado otros géneros. ¿Y para qué empieza a escribir novela erótica? Pues para ella… y para sus amantes. Siempre ha encontrado apasionante poder transmitir la intimidad con las palabras, y al darse cuenta de que no se le daba mal, en 2011 abrió su propio blog.

Perversa y morbosa de nacimiento, acuñó la frase «La autora erótica que nadie reconoce leer». Así que, si te animas a leerla… le encantará saber que lo has hecho. Y lo mucho que te ha gustado hacerlo.

«Al igual que lloran cuando leen, yo lloro cuando escribo»

Magela Gracia
Eres canaria, ¿es cierto que vivir en una isla ayuda para la inspiración?

Pues no lo había escuchado nunca, la verdad. Será porque mi isla es pequeñita y da para enterarse de pocas cosas, jajaja. Ahora en serio, supongo que si el entorno es agradable, estás rodeada de gente que te quiere y te apoya y te encuentras cómoda, da igual dónde estés, porque estás en el lugar donde escribirás mejor. En mi caso, por suerte, casi siempre ha sido en mi isla. Además, los canarios somos gente muy maja y cercana, y si añadimos el paisaje privilegiado. Venga, vale. Vivir en una isla ayuda a encontrar inspiración. Y si es en una isla paradisíaca, ni te cuento.

Escritora erótica, ¿te gusta que te cataloguen de esta manera?

No me estresa. Casi todo lo que escribo es erótico, así que no puedo decir que no me sienta así. Tampoco me preocupa, ya que no considero que sea una literatura poco adecuada, sino que solamente está vetada a una determinada edad. Aprendí a defenderla con letras y si quieren menospreciar lo que hago, espero que encuentren argumentos más imaginativos que decir que son libros que solo se leen con una única mano. Estaré encantada de rebatir esos argumentos.

“La autora erótica que nadie reconoce leer”, eso está en tu página web. ¿Crees que es así?

A estas alturas, por suerte, ya no. Pero cuando empecé a escribir, es cierto que la mayoría de mis lectores eran hombres y que pocas mujeres me contaban que me seguían. Así que me pareció un eslogan de lo más apropiado. Y lo defiendo. Ser escritora de minorías no me parece malo si no pretendes vivir de ello. Aunque una escritora siempre quiere ser leída… no se puede gustar a todo el mundo. Y más en un marco tan amplio como es el erotismo, donde cada uno vive su sexualidad de forma tan diferente. Yo entiendo que si odiases practicar una orgía en la vida real, no te apetecería leerla. O quizá sí. Soy clara en lo que ofrezco: erotismo subido de tono con una historia intensa y personajes con una fuerte personalidad. Si te gusta ese género, espero que reconozcas que me lees si llegas a hacerlo.

¿Has trabajado otros estilos?

Por supuesto. De hecho, y por lo que me cuentan mis lectores, aprecian mucho mis páginas dramáticas. Hago llorar con mucha facilidad. Creo que se me da francamente bien el drama.

Lo que pasa es que, al igual que lloran cuando leen, yo lloro cuando escribo. Y, siendo sinceros, prefiero estar excitada a sentirme abatida cuando hago algo que me apasiona tanto. Así que, ¿alguien elegiría la otra opción?

¿Sigue existiendo tabú con respecto al erotismo?

Existió, existe y existirá. Y eso lo hace tan extraordinariamente excitante. Si no consigues ser provocador, remover por dentro, lograr hacer una muesca en alguna parte, ¿has conseguido algo con tu obra? Usar el tabú en tu beneficio es poner sobre la mesa de la gente un tema que se pretende esconder. Un tema que importa a todo el mundo, en mayor o menor medida. Poca gente vive su sexualidad de forma casi nula. Lo que quieras hacer con la sensación que te deja relacionarte con ese tabú, es lo divertido. Busco ese hormigueo que deja lo prohibido. Para sexo de sábana fenestrada y luz apagada no sirvo. Los tabús son recursos maravillosos.

portada de libro
¿Crees que hay demasiados tabús con el erotismo actual?

Cada vez menos, porque la red de información y el acceso a ella es tan amplia, y muy a menudo tan accesible, que da incluso un poco de miedo para según qué tipo de público. Me refiero al influenciable menor de edad. El sexo que yo describo no es para menores de 18 años. Es más, no es para mayores de edad que no tengan cierta experiencia y conocimiento propio. No me gustaría que alguien deseara tener su primera experiencia sexual como las que yo describo porque lo has leído en mis libros, sino porque después de tener bien definidos sus gustos y preferencias, algo en una de mis páginas le hizo sentir ese nudo bajo el ombligo.

Así que creo que bien usada y contrastada, Internet es una fuente inagotable de descubrimiento. Y si descubres algo, lo entiendes y de pronto comprendes que te inspira, deja de ser, en cierto modo, tabú. Que no puedas hablar con tus padres de erotismo no quiere decir que tú no puedas hablarte a ti misma de erotismo. Y yo escribo para una persona, la que me lee, y no para todo ese círculo de personas que la rodean. Si ella presta mi libro, o mejor, les compra un ejemplar y se lo regala, a mí me hace un enorme favor. Pero no por ello voy a conseguir derribar un tabú. Si esa persona quiere derribar los suyos, sería un honor haber contribuido.

portada de libro
¿En qué te inspiras para escribir tus novelas?

Siempre hay una escena principal en mis novelas. Un momento cumbre que me viene a la cabeza y hacia donde se dirigen los personajes de mis libros. No ha de ser ni la final, ni la más importante, ni quizá la que vaya a recordar el lector. Pero en mi cabeza es como un fotograma alrededor del cual gira todo, y hasta que no tiene sentido la historia integrando esa escena, no está el libro. Por eso, a veces, me cuesta tanto terminarlos.

Antes escribía pequeños relatos para una fotografía. Después, sencillamente tengo ese momento grabado en la cabeza. La historia irá hacia ella, la traspasará y seguirá de largo. Si, como lector, eres capaz de localizar esa escena, me siento completamente realizada como escritora.

¿Qué fue antes, “50 sombras de Grey” o Magela Gracia?

No tengo ni idea de cuándo se escribió y, desde luego, no leí esa saga hasta años después de ser un bombazo. Escribo erótica desde la universidad, allá por 1998.

Lo que sí es cierto, y hay que reconocerle ese mérito, es que se lee más erótica sin tapujos desde las famosas sombras. En mi formación como escritora no influyeron, aunque imagino que en la creación de la figura de lectoras eróticas reconocidas, puede que sí. Así que diremos que, como un escritor no es nada sin sus lectores, nunca podré separarme del fenómeno sombras, aunque no me sienta identificada como escritora o lectora de esa saga.

«yo escribo para una persona, la que me lee»

Magela Gracia
¿Sientes la literatura erótica como de segunda división?

Nunca, por más que se empeñen, lo será. Lo que hay son libros malos y buenos, igual que de cualquier género. Que sea consumido y escrito en su mayoría por mujeres no lo convierte en algo de segunda clase, solo lo lleva a ser un género que se consume en gran cantidad por un enorme volumen de lectoras. ¿Eso es malo? ¡Es maravilloso! Escribir para gente que estudia la reproducción del escarabajo pelotero sería tan específico, ¡pero yo escribo para gente a la que le gusta y disfruta de su sexualidad! ¿Hay algún género que pueda decir que tiene tantos lectores diana? Y, dicho esto, me disculpo con las personas que se dedican al estudio de dicho escarabajo.

Odio que se diga que las escritoras y lectoras de erótica lo hacen porque les falta sexo en su vida. Es como decir que una persona que lee novela negra necesita asesinatos en su vida, y como no puede matar, lee sobre ello. ¡Es tan absurdo!

Tú publicas con Planeta, ¿qué tal la distribución con este género?

El consumo de libros de romántica y erótica en digital es tan amplio y favorece tanto a adaptarse al estilo de vida de las lectoras; precios económicos, fácil acceso, discreción de compra, inmediatez en la entrega, catálogo amplio a rabiar y diversidad de subgéneros, que es imposible decir algo en contra de la distribución del libro en digital de Planeta. Otra cosa sería la visibilidad del libro en papel más allá de los grandes autores, pero ese es otro tema bien distinto. Y yo no publico en papel con ellos.

Hay algunos que para escribir se pierden a un rincón fuera de su entorno, otros en cambio trabajan en casa. ¿En qué grupo estás tú?

Puedo escribir en absolutamente cualquier sitio. Comprobado rigurosa y científicamente. He sido capaz de escribir escenas de alto voltaje en un parque de bolas infantil mientras mis hijas disfrutaban de la compañía de sus amigas en cumpleaños varios.

Si puedo con ese escándalo, puedo con todo. Y si consigo concentrarme tanto en un ambiente tan poco propicio. Ahora mismo, por ejemplo, estoy contestando a esta entrevista en un avión mientras la pasajera de al lado echa cortos vistazos a mi pantalla y cuchichea con su marido. ¿Qué estará pensado de mí al verme escribir la palabra orgía? Si me pide un libro al final del viaje será toda una sorpresa.

¿Cuánto de erotismo tiene la vida?

Dudo que haya mucho que pueda estar más presente que el erotismo. Igual, muchas cosas. Pero más, ¿el amor por tu familia y tus hijos? Después de eso, al menos para mí, no hay nada. ¿Estoy enferma? Si es así, no me busques cura. Me encanta estarlo.

¿Podemos ver erotismo en la naturaleza?

Jejejeje. ¿De qué viven si no la mayoría de los “memes” de Internet? Como digo, no creo que haya algo que tenga mucho más peso en nuestra existencia, y me considero una persona de lo más “natural”, que no digo normal. Ser anodina no va conmigo, pero la naturaleza tampoco lo es. Pongamos como ejemplo la temperatura, la cadencia de los sonidos, la interacción con tus semejantes. No digo que todo deba conducir al sexo, pero si nada te estimula sexualmente hablando, es triste.

Yo espero que mis hijas puedan decir que las crie en un ambiente sexualmente sano, abierto y propicio para el desarrollo, entendiendo que el sexo es algo tan natural que es casi lo único que compartimos con todos los seres vivos. Venga, vale, reproducirse no implica explotar todo tu potencial sexual. Pero seguro que me has entendido.

De profesión enfermera, ¿te ayuda a la hora de contar historias?

La enfermería se basa en las relaciones interpersonales para llegar a un estado de salud. Conocer a las personas, entenderlas, escucharlas, ¿puede haber algo que ayude más a crear personajes de carne y hueso para una novela? Si no vas a tener pasión en tu profesión de relación personal, no la tendrás escribiendo.

Eso no quiere decir que escriba sobre pacientes, sino que escribo para personas a las que podría haber tratado o que podrían ser personajes de mis libros. Gente normal, que siente y hace sentir. Para eso solo hay que tener piel y lengua. Y no me refiero para lamer, sino para conquistar con la palabra. O, en su defecto, con palabras escritas. Sí, sin duda, una profesión que hace que te relaciones tanto con seres humanos, ayuda y te enseña a escribir para ellos. Además, sin una sexualidad plena y desarrollada para complacerte, no hay salud plena como tal. Somos seres biopsicosociales que necesitan cubrir esas necesidades sexuales tras tener las primarias cubiertas. Primero, respira y come. Luego, folla bien y a gusto.

¿En qué te inspiras para escribir?

Era más fácil contestar en lo que no me inspiro. Básicamente, si me produce un escalofrío, me permite escribir unas líneas. Y, si me moja la entrepierna, ya tengo novela. Cualquier situación puede resultar excitante, incluso las más tristes y estresantes, ya que el sexo es liberador. Un buen polvo tras una tragedia no hace que la tragedia no haya sucedido, sino que ayuda a canalizar los sentimientos para soportarlos mejor.

¿Estás trabajando en alguna novela?

Siempre. Lo que pasa es que muchas veces la vida familiar y de mujer trabajadora es incompatible con encontrar media hora para sentarse a escribir. Y creo que lo mínimo que se necesita para encontrar la voz del personaje dentro de ti es media hora. Vestirte con su piel lleva su tiempo. Si no vas a hacerlo bien, mejor no escribir. Pero siempre hay una novela en la que ponerse a trabajar. No conozco a ninguna escritora que no la tenga.

Una o un escritor erótico que tengas como referencia.

Elisabet Benavent, aunque no se dedique solo a la erótica. Creo que sus personajes suelen estar muy bien construidos.

Quédate con un solo libro de los tuyos, ¿cuál elijes y por qué?

“Desearás lo prohibido”, de la saga “Su hermano”. Tiene todo lo que una novela erótica necesita para hacer que el lector se enganche. Además, fue mi primera novela y la que me dio a conocer como escritora, así que le tengo un cariño especial. Sus personajes me han acompañado muchos libros después. Es morbosa, fresca y divertida. La adoro.

¿Descalza en la playa o botas cálidas sobre la nieve?

Descalza. Soy de mar y arena, aunque no me resisto a pasear por la nieve, ya que ahora vivo en Madrid y en mi segundo invierno allí nos acompañó Filomena. Habría mirado las noticias de la nieve con nostalgia desde la playa si llega a pillarme en Canarias. Pero sí, sin duda elijo la playa al atardecer, con los tobillos mojados y la piel son sabor a sal.

¿Es más bonito desnudar el cuerpo o el alma?

¿No se pueden hacer las dos cosas al tiempo? Mira que soy nudista además de exhibicionista, y no lo digo solo por el cuerpo. Lo digo por la vida. Quien me conoce sabe que no tengo filtro, ni soy capaz de quedarme las cosas para mí. Si no las comparto, me falta algo. Por eso soy tan feliz en compañía, y muy feliz escribiendo para que me lean, que siempre es una estupenda manera de desnudar el alma para otro. Hay mucho de mí en mis novelas, al igual que mucho de mí en mis redes sociales. Se me puede ver el cuerpo, al igual que el alma, con mucha facilidad a poco que me busquen.

Para ti, ¿qué elementos imprescindibles debe tener una cena romántica?
magela-gracia

Solo hacen falta dos elementos. Una persona que quiera cautivar a otra sin vergüenza maldita, con descaro e inteligencia… y unas manos de hombre capaces de producir escalofríos. Quizá me he ido más a la parte erótica de la cena romántica, pero es que ya no estoy en la fase de soñar con la idealización del amor, sino en la de hacer realidad las fantasías que no me quiero llevar conmigo al infierno tras ser incinerada.

magela-gracia
Una confesión.

Que la pasajera de al lado no me ha pedido ningún libro. ¡Tampoco un autógrafo! Jejejeje.
Ahora en serio. Confieso que soy feliz cuando me leen, pero soy más feliz cuando escribo. Y me gusta esa intimidad que tengo conmigo misma y que casi nunca puedo disfrutar de otra manera. Ni leyendo a solas soy tan yo como cuando estoy delante de la hoja en blanco.

Un deseo.

Tener tiempo para todo, y salud cuando hay tiempo. El resto viene rodado. Para eso, creo que unos euromillones ayudan. En lo del tiempo, no en lo de la salud. Jubilación a los 45, para viajar mucho y escribir más desde miles de escritorios distintos.

Una pesadilla.

Sueño mucho con la muerte. Me ha perseguido bastante despierta, en lo personal y lo profesional, así que es una compañera de viaje que no consigo sacar de mi cama, duerma donde duerma.

Un recuerdo que te produzca nostalgia.

La última noche que cené en familia antes de meter mi vida en un barco y pasar dos días navegando para cambiar de vida. Después, cada despedida cuando regreso a casa desde Canarias me produce nostalgia. Pero elegí cenas eróticas con un hombre que no tiene vergüenza maldita y sí muchas ganas de tratarme con descaro e inteligencia. Además de poseer unas manos sumamente excitantes.

Vivir de la literatura es…

Algo que quise. Algo que habría estado bien, jodidamente bien, pero algo a lo que renunciaría por lo que tengo ahora. Una familia estable con la que quiero disfrutar. No dejé mi mundo atrás para pasarme horas en soledad con mis personajes.

El día que sea compatible con mi vida actual, pasará de ser un sueño a una realidad.

Pero, de momento, prefiero lo que tengo. Y eso, probablemente, se puede llamar madurar con sensatez. Escribir media vida, pero no más que la que me da mi tiempo con mis hijas y mi pareja.

La política es…

Una estupenda manera de cabrearte una tarde de verano con cervezas y amigos de por medio. Mejor, cuando son amigos de tu pareja y no tienes que verlos todos los días en el trabajo. Así el cabreo dura lo que duran las cervezas frías. Y ya que tu pareja se aclare con sus amigos cuando dices cosas que son políticamente incorrectas.

La religión es…

Una maravillosa excusa para encontrar un pecado que cometer.

El sexo es…

Sublime si encuentras a la persona con la que disfrutarlo sin reservas. Y esa persona siempre vas a ser tú mismo. Así que… ¡hay que encontrarse! Luego ya encontrarás a la otra que pueda compartir ese metro y medio de la cama. Y si no aparece de primeras, sigue buscando.

Una palabras que quieras decir para todos los lectores de Los Putrefactos

¿Qué haces que no estás aún interesada por uno de mis libros? Cualquiera. En cualquier formato. Pirata no, por favor, que son muy baratos en Amazon. Quizá solo necesitas leer esa frase que yo tengo en la cabeza, y en la entrepierna, y que puse ahí para ti… para que quieras más. Si la encuentras, y hago una marca ahí donde aparezca, gracias por dejarme formar parte de ti. Quizá empieces a ser una de esas lectoras que no reconocen que me leen. O puede que llegues a leerme reconociéndolo. Sea como sea, si has llegado hasta aquí leyendo esta entrevista, has ayudado a que desnude mi alma delante de alguien, y eso, para una exhibicionista, es todo un regalo.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos

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Sánchez Tostado

29 de junio de 2022 by n7web

Historiador y criminólogo por la Universidad Complutense de Madrid, Luis Miguel Sánchez Tostado es uno de los escritores más prolíficos de Andalucía con casi cuarenta obras publicadas y una veintena de premios literarios nacionales e internacionales.

De su extensa obra destacan ensayos como “La guerra no acabó en el 39”, “Morir por un ideal”, “La Transición oculta” o “Cronovisor”.

Entre sus novelas: “La cuarta bestia”, situada por la crítica en el quinto puesto de las 12 mejores novelas históricas de 2021, o “El insólito viaje de Brenda Lauper”, editadas por Almuzara.

De sus relatos más conocidos citar: “El Desenlace”, “Proselitismo íntimo”, “Alas cinco de todas las tardes” o “Aquel cielo carmesí”, entre otros.

«No soy de los que se enfrentan al papel en blanco con solo una brújula.»

sánchez tostado
¿De Jaén, Jaén?

Más de Jaén que las aceitunas de cornezuelo. Mi madre me trajo al mundo en el número siete de la calle Bobadilla Alta, en el castizo barrio de La Magdalena, el más antiguo de Jaén, el del lagarto. Orgulloso de mi cuna.

¿Cómo te sientes justo antes de comenzar a escribir una novela?

Con la cabeza llena de andamios, de episodios visualizados en mi paisaje interno. No soy de los que se enfrentan al papel en blanco con solo una brújula. Antes de ponerme a escribir ya me he pateado muchos senderos para documentarme.

¿Y al acabar?

Cuando entrego a la editorial las últimas galeradas y entra en máquinas, siento un poco de pena. En ese momento soy consciente de que mi “hijo” se emancipa, que ya no es mío, sino de los lectores. Entonces el sentimiento se entrevera de satisfacción y soledad, porque el goce estaba en documentarse, en el escribir, corregir, retocar, poner vida a los personajes, reír y llorar con ellos. Y los echas de menos cuando se marchan. Pero no tardas en ilusionarte con un nuevo proyecto.

Tu novela “La Cuarta Bestia” está siendo todo un éxito, ¿cierto?

Sí, y me siento muy satisfecho por su gran acogida entre los lectores y la crítica. Hace poco fue situada en el quinto puesto de las 12 mejores novelas históricas de 2021 a criterio de la prestigiosa revista literaria “Todo Literatura”. Tiene todos los atractivos de la narrativa negra con el plus añadido de estar basada en un hecho real, y además está primorosamente ilustrada por Elena Ortega Yáñez. En estos momentos se trabaja en un guion cinematográfico.

Tu ensayo “La transición oculta” no ha dejado indiferente a nadie, ¿qué nos puedes contar de este libro?

Es un trabajo de tres años de investigación en el que se aborda el lado menos amable de la Transición española, un recorrido por lo que no nos contaron, que fue mucho. Ahora sabemos más cosas gracias a la desclasificación documental, a las recientes tesis doctorales y los nuevos trabajos de investigación. Algunos episodios silenciados fueron realmente deleznables y deben saberse.

¿Y de la Transición?

Yo viví la Transición en mi adolescencia y, como todos, creí lo que nos contaron: que fue pacífica y modélica.

Cuarenta años después sabemos más cosas. No nos dijeron nada de las mil muertes violentas por motivos políticos, ni de los miles de encarcelados y cientos de torturados, ni que fueron seis, y no uno, los intentos de golpes de Estado, ni que el 23-F no fue como nos contaron y que el rey estaba perfectamente informado de la “Operación Armada”. Tampoco nos dijeron que la Transición estuvo tutelada por la CIA y por los propios franquistas que siguieron muchos años controlando los núcleos de poder. Tampoco se nos habló del terrorismo de Estado y la guerra sucia para criminalizar al anarquismo o a los movimientos autonomistas, ni el juego sucio del PSOE cuando falseó las famosas “listas de sangre” que le ayudaron a ganar las elecciones de 1982. En fin, muchas cosas.

Se suele encontrar más transparencia en los premios de menor cuantía

Sánchez tostado
¿Siempre buscas casos reales e históricos en los que basar tus aventuras literarias?

Siempre no. Mi especialidad es el ensayo histórico y este género se basa en trabajos de investigación sobre temáticas de no ficción. Pero también trabajo la narrativa de ficción. Salvo “La cuarta bestia”, que sí está basada en un hecho real, las demás novelas y cuentos son pura fantasía. Eso no quita que la trama novelada discurra en un contexto histórico real, pero no deja de ser ficción.

Eres criminólogo, pero ¿lo estudiaste para escribir sobre el tema, o realmente hubieses deseado dedicarte a eso?

No se estudia Criminología para escribir sobre crímenes. En mi caso, aprobé muy joven las oposiciones a Instituciones Penitenciarias y decidí dejar Derecho y estudiar Criminología para conocer mejor el medio en el que trabajaba. Precisamente la tesis de fin de carrera, un estudio criminológico sobre el tráfico de drogas en el Campo de Gibraltar, fue mi primer libro. La pena es que la Criminología en España tiene pocas salidas fuera de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Has ganado varios premios literarios, ¿qué nos puedes decir de los concursos, ya vienen dados de antes o en verdad se leen cada obra que reciben?

El mundo de los certámenes literarios es complejo y polémico. Se suele encontrar más transparencia en los premios de menor cuantía frente al oscurantismo, intereses editoriales y amiguismo de los de mayor cuantía dotacional. No digo que todos sean así, pero sí frecuente. Una pena.

¿Qué nos puedes decir de las editoriales y el negocio del libro?

Publicar no es fácil y, aunque lo consigas con una editorial relevante (porque las pequeñas carecen de capacidad de distribución), después tienes que competir en un mercado saturado de títulos. En España se editan 90.000 libros al año, 60.000 en papel y 30.000 en formato digital. Luego está el tema de los derechos de autor, ínfimos en mi opinión. Hay toda una industria viviendo del trabajo del escritor (editores, impresores, distribuidores, libreros, agentes literarios, etc.) y es precisamente el autor quien menos ingresos percibe: entre un 8% y un 10%, que luego se queda en un 6% tras las retenciones fiscales. Incluso algunas editoriales pequeñas y cicateras te los niegan como condición para publicar. Además el autor no suele conocer con exactitud cuántos ejemplares se han hecho de su obra, salvo en la autoedición, pero en este modelo tú tienes que hacer todo el trabajo y se falla en la distribución. Por eso solo pueden vivir de la literatura contados autores que consiguen vender tiradas con decenas de miles de ejemplares.

Has trabajado diversos estilos literarios, ¿con cuál te sientes más identificado, más a gusto?

Durante muchos años me especialicé en ensayo histórico y abordé temáticas controvertidas que nadie se atrevió a tocar como la guerra civil, la dictadura franquista, los maquis, la masonería, el exilio republicano o la Transición española. Fue un periodo obsesivo por la búsqueda de la verdad. Uno se siente más cómodo en el género que domina, pero yo soy de retos y en los últimos años he derivado hacia la novela negra e histórica, género más difícil pero muy agradecido y con más lectores.

¿Hay algún próximo proyecto que nos quieras contar?

Tengo concluida una novela breve inédita que se publicará el próximo año a la que he titulado “Tres promesas y un arrebato”. Se trata de narrativa satírica con mucho humor y crítica social. En este momento estoy escribiendo un thriller sobre los manuscritos del mar Muerto con la figura del Jesús histórico de fondo y ambientada en Palestina, Inglaterra y España.

Acabas de publicar tu trigésimo octava obra, ¿verdad?

Sí, “El insólito viaje de Brenda Lauper”, es una novela de aventuras en la que pasado y presente se fusionan a través de un original hilo narrativo y que confluyen el thriller, la novela histórica y la narrativa fantástica. Esta obra fue galardonada con un premio a la Mejor Novela Histórica y tres finales internacionales.

Eres muy activo publicando libros, ¿qué necesitas a la hora de escribir una novela o un ensayo?

Duermo poco y madrugo mucho. Las primeras horas de la mañana son muy productivas, pero necesito dos elementos irrenunciables: soledad y silencio. Sin ellos me cuesta concentrarme.

Para escribir, ¿necesitas huir o prefieres el hogar?

Me siento más cómodo en el estudio de casa. Dispongo de silencio, una biblioteca generosa y un rincón agradable para leer. Fuera de este entorno me disperso un poco, o rindo menos. Lo que sí me gusta es visitar los sitios donde se va a desarrollar la trama de algunas de mis novelas, documentarme sobre ellos, incluso conocer de primera mano experiencias de mis propios personajes, circular por sus espacios físicos, oler, ver y sentir por ellos.

Fuiste funcionario de prisiones, ¿cuánto de literatura hay en la cárcel?

Literatura puede haber en cada experiencia vital, pero algunas vidas arrastran dramas sobrecogedores que superan la realidad. La cárcel es una cantera de vidas truncadas. Pero no hace falta entrar en una prisión para encontrar historias de novela o de película, sólo hay que mirar a nuestro alrededor. En cada persona existe un universo por descubrir. Cada uno de nosotros guarda episodios que nos impactaron, miserias y grandezas que podrían plasmarse en un poemario, una novela, una película o una obra de teatro.

¿Y en la masonería?

Solo tengo un libro sobre masonería que escribí junto a José Manuel Higueras Lorite. Es un ensayo sobre su historia en Jaén. En países como Estados Unidos, Inglaterra o Francia pertenecer a la masonería es algo prestigioso. El general Franco, que quiso ser masón y no lo aceptaron, tras la guerra civil se vengó e inició una caza de brujas encarcelando y fusilando a muchos masones. Equiparó a las logias masónicas como sectas satánicas asociándolas al secretismo y la conspiración. La pena es que todavía hay quien cree en esas patrañas por desconocimiento.

¿Y en el sindicalismo?

El sindicalismo consiguió grandes logros en las condiciones laborales de los trabajadores, aunque ahora esté en horas bajas. Fui delegado sindical durante los ochenta y fue muy sacrificado. Me siento orgulloso de las conquistas conseguidas en aquel tiempo.

¿Qué opinas de la política actual y de los políticos?

La política es imprescindible para el gobierno de las sociedades, más aún en las democráticas. Pero no me gusta la política actual de cucurucho, de los palos en las ruedas, del “y tú más”. Menos aún los políticos resentidos y faltones con nula empatía. No todos son así pero, los que sí, deterioran la imagen de la clase política, que debería ser honrosa y modélica. Mi percepción es que sobra populismo y partidismo y falta respeto y sentido de Estado por el bien común. El radicalismo político y el supremacismo secesionista, me dejan sin fuerzas. A veces pienso que no hemos aprendido nada de nuestra propia historia.

¿Nunca pensaste entrar en política?

Me lo propusieron en un par de ocasiones. Una en Algeciras en los años noventa. Otra en Jaén hace dos o tres años. No acepté porque carezco de cualidades imprescindibles en política como la templanza y la paciencia para encajar críticas desmedidas y deslealtades de tu mismo equipo. No llevo bien la hipocresía, tampoco la disciplina de partido porque pienso que menoscabaría mi libertad en manifestar lo que pienso, y a eso nunca renunciaré. Y como no me callo ni debajo del agua, sería un sinvivir.

¿Es cierto que tuviste problemas con algún miembro de ETA en la cárcel?

Primero fue con los cárteles de la droga en 1990 cuando salió mi libro sobre el tráfico ilícito en el Campo de Gibraltar. Me amenazaron de muerte, solicité la intervención de los teléfonos y llevé escolta un tiempo. Años después, ya en la prisión de Jaén, sufrí amenazas de un miembro de ETA. Tuve que cambiar la matrícula del coche e informar a la Dirección General. Finalmente lo trasladaron. Fueron años difíciles.

Un y una escritor/a que recomiendes a nuestros lectores.

Me gusta Borges, aunque Miguel Delibes es mi debilidad. “Los santos inocentes” es una obra de arte.

“Queman libros” y solo puedes salvar uno, ¿cuál sería?

Con lo de “quemar libros” me ha venido a la cabeza “Fahrenheit 451”, la novela distópica de Ray Bradbury. La pregunta no es fácil. Si fuera creyente salvaría la Biblia. El Nuevo Testamento es un bellísimo propósito literario cargado de valores, inspirado en un personaje histórico que probablemente existió, a quien los autores nunca conocieron, que no tuvo los poderes sobrenaturales que le adjudicaron y sobre el que levantaron una nueva religión haciéndolo coincidir con las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. Sin embargo, los fascinantes mensajes en torno al amor, la humildad, la solidaridad, el altruismo, la justicia o la tolerancia, vendrían muy bien para empezar de cero en una sociedad embrutecida por la ausencia de libros tras una quema masiva. La Biblia es el paradigma de cómo la literatura de ficción influye en la vida de millones de personas. Otra cosa son las retorcidas interpretaciones de la Iglesia que adaptó aquel hermoso texto a sus intereses. Pero como no soy creyente, salvaría “El Quijote”, que transmite valores esenciales y criterios universales desde el librepensamiento para mejorar nuestras relaciones con los demás, que falta hace.

¿Qué opinas de que en la escuela ya no se estudie filosofía?

En mi Bachillerato, la mayoría de las asignaturas me aportaron conocimientos, pero la Filosofía fue la única que me hizo pensar por mí mismo. La Filosofía es la puerta de entrada al pensamiento crítico, al debate, a la argumentación, al conocimiento, a las dudas existenciales, a la búsqueda de la verdad, a distinguir lo justo de lo injusto, es decir a la libertad. Fue un error eliminarla como asignatura obligatoria y me parece acertada su restitución. Creo que es más necesaria que nunca.

La religión es…

Una convicción hacia lo divino que, siendo legítima, debería circunscribirse al ámbito privado de lo íntimo, del fuero interno y de los templos. Fuera de ahí se incurre en el adoctrinamiento, que algunos llaman apostolado. No deberían estar en los centros de enseñanza. Yo formalicé mi apostasía hace muchos años porque no deseo pertenecer a ninguna religión, pero respeto a los creyentes.

¿Alfa u Omega?

Los que me conocen no dudan en encasillarme como Alfa, pero hay algunas cualidades de los Omega, incluso de los Beta, en las que me veo reflejado. De todas formas no creo en los estereotipos ambivalentes: alfa u omega, blanco o negro, cara o cruz, homo o hétero. El ser humano es extremadamente complejo para encasillarlo en opciones tan simples.

Si te pidieran elegir un color que fuese reflejo de tus obras literarias, ¿cuál sería y por qué?

Tal vez el verde oscuro, como la portada de “El insólito viaje de Brenda Lauper”. Es el color de las profundidades marinas asociado en mi caso a la búsqueda de la verdad en las honduras de la historia, incluso del misterio abisal de la muerte, el trascendente desasosiego que supone el desconocimiento del más allá después de la vida física. Esa obsesión por conocer aparece en algunas de mis obras.

¿Sol de invierno o lluvia de verano?

Sol siempre. Sé que la lluvia es bucólica e inspiradora, peroamíelsolylaluzmedanvida,mecarganlas pilas.

Un rincón especial para inspirarse.

Me gusta leer y tomar notas frente al mar, cuando amanece y la playa está desierta. Madrugo mucho
y lo hago siempre que puedo. Cuando acuden los bañistas me piro.

Un rincón de Jaén que sea único para perderse y leer o escribir.

Me sobrecoge el silencio reverente de Otíñar, del barranco de la Tinaja. Aunque aquel fascinante entorno invita más a la contemplación que a la escritura. Me cuesta escribir o leer en lugares de gran belleza porque me atrapan como un imán. En la playa es distinto porque la cadencia de las olas te marca un ritmo constante, como un diapasón.

Una época de la historia ideal para escribir novelas.

El siglo XIX es un periodo recurrente en las narrativas históricas. Es atractivo por su romanticismo, el realismo, la literatura finisecular, la revolución industrial, la inestabilidad social, sus guerras, las rupturas con las monarquías absolutas, etc. Pero la calidad de una novela viene determinada por la solvencia literaria del autor, así que cualquier etapa puede ser buena.

Tus novelas son muy cinematográficas, ¿te inspiras en ese arte?

No me inspiro en el cine. De hecho veo menos cine del que me gustaría. Generalmente son las artes escénicas las que se inspiran en la literatura con sus adaptaciones. Se dice que una novela es cinematográfica cuando reúne elementos atractivos para el séptimo arte: trama sugerente, acción trepidante, intrigas, suspenses, pasiones… Pero, salvo los guiones cinematográficos o el género dramático, no creo que el novelista se inspire en el cine para escribir, simplemente hay novelas más cinematográficas que otras.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos

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Carolina de las Heras

14 de junio de 2022 by n7web

Nací en Madrid, el 18 de mayo de 1975. Siempre he sido una lectora voraz, los libros me han robado miles de horas de sueño.

Mantengo desde muy niña una liturgia especial cada vez que comienzo una novela: acaricio sus tapas, recorro sus páginas sin leerla, para percibir el olor del papel y la tinta…

Imagino historias desde que tengo capacidad de recordar y las plasmo en un papel desde que aprendí a escribir, en forma de relatos cortos y cuentos. Escribo para experimentar otras vidas e invitar a otros a que las lean y también las vivan.

He ganado el primer premio del concurso de relato breve convocado por el Club Iberia con mi relato “La boda de mi mejor amiga” en 2015 y el segundo premio con mi cuento “El escondite” en 2012. Puedes leerlos en mi Facebook.

Buscándome tras tus pasos es mi primera novela.

«hay muchas clases de miedo que pueden sentirse a lo largo de la vida. Cuando era adolescente sentía ese miedo irracional a lo sobrenatural.»

Carolina de las heras
¿Qué sentiste al publicar tu primera novela?

Pufff… Recuerdo especialmente la primera vez que tuve entre mis manos un ejemplar de “Buscándome tras tus pasos”. En ese momento pensé que iban a leerlo personas que no me conocían, que seguirían los pensamientos y las decisiones de Rebeca, de Elena, de Álvaro… Llevo toda la vida escribiendo y por primera vez veía mis historias en formato novela. Por suerte he tenido muchas satisfacciones en la vida, pero tengo que decir que ésta ha sido una de las mejores cosas que me ha sucedido nunca.

Una historia que ocurre en su mayoría en Asturias, ¿por qué allí?

Me encanta Asturias, sus aldeas, sus prados, sus gentes. La primera vez que estuve allí tenía catorce años y me enamoré de esos paisajes. Asturias es un escenario único y, cuando empecé a pensar en la novela no se me ocurrió un escenario mejor. Lo hice por mí, por disfrutar yo, porque, como digo siempre, escribir me permite experimentar otras vidas. Y yo querría haber vivido también en un pueblo de Asturias, como Rebeca y en una casona como La Antoxana.

Además hay un poquito de bable, ¿alguna relación con ese dialecto? ¿Qué te ha llevado a usarlo?

Sí, me daba algo de miedo hacerlo, pero tengo la suerte de tener en mi vida una persona maravillosa a la que quiero muchísimo, nacida en Oviedo, y le pedí que me echara una mano con el bable, que ella conoce, porque creí que le daría mayor verosimilitud a la historia. Una de mis grandes preocupaciones al escribir es la honestidad con el lector, tengo que ser capaz de conseguir que todo lo que cuento sea creíble. Y utilizar el bable me pareció que ayudaría a conseguir ese efecto.

El pueblo donde ocurre la historia se llama Lluvero, ¿existe?

No, tanto el pueblo como su nombre son ficticios, aunque creo que existen familias asturianas con el apellido Lluvero. Pero puedes recorrer cualquier pueblo o aldea asturiana que podrás encontrar acantilados, caminos, playas de guijarros, incluso casas como La Antoxana.

La Antoxana, ¿por qué ese nombre?

Necesitaba que la casa tuviera un nombre autóctono, tradicional de Asturias, perteneciente al mundo rural.

La antoxana es un espacio o un terreno de la casa, que la rodea o se sitúa delante o frente a la fachada, constituyendo un anejo inseparable.

Históricamente se ha utilizado para referirse a un lugar de esparcimiento, descanso, tertulia, siguiendo las costumbres rurales.

Por su sonoridad (en una lengua asturiana, la x no se pronuncia tan fuerte como lo hacemos los madrileños, por ejemplo), y por su significado, me pareció el nombre perfecto para el caserío, protagonista por excelencia de “Buscándome tras tus pasos”.

La Antoxana es un caserío enorme que al imaginarme dentro, como lo está Rebeca, me agobia, me turba, me deja sin aliento, ¿conoces o has vivido en algún lugar así o que te haya transmitido esos sentimientos?

No, no conocía ningún lugar así, pero en uno de mis viajes a Asturias, después de escribir la novela y de imaginar y describir la Antoxana, encontré una casa en una aldea donde veraneamos que parecía propiamente haber sido sacada de “Buscándome tras tus pasos”. Era como si la hubiera visto antes de escribir sobre ella, pero la realidad es que la casa que vi era antigua, probablemente tanto como la verdadera Antoxana.

No he conseguido entrar y verla por dentro, quizá alguno de estos veranos me atreva a llamar a la puerta, anhelando que Elena o Rebeca me abran la puerta y me dejen pasar.

Me gusta mucho la atmósfera que creas, ¿en qué te inspiras?

Una de mis novelas favoritas es “Rebeca”, de Daphne du Maurier, que Alfred Hitchcock llevó a la gran pantalla en 1940. Una de las protagonistas de esa novela es Manderley, una mansión inglesa impregnada por el recuerdo de Rebeca. Esa mansión me inspiró al imaginar La Antoxana y elegí el nombre de Rebeca por esa novela, que recomiendo a todo aquel que no la haya leído.

También he leído mucho a Ágatha Christie, para mí la mejor escritora de suspense de todos los tiempos, y admiro su capacidad de sorprender al lector con finales imprevisibles.

¿Cuándo y por qué fue la última vez que sentiste miedo?

Bueno, hay muchas clases de miedo que pueden sentirse a lo largo de la vida. Cuando era adolescente sentía ese miedo irracional a lo sobrenatural. Tenía miedo de dormir sola a oscuras, me daban pánico los cementerios (a la vez que me atraían muchísimo y lo siguen haciendo). Al madurar, empecé a tenerle miedo a otro tipo de cosas y desde que soy madre, siento miedo a que algo les ocurra a mis hijos o a caer enferma.

Pero tengo que reconocer que ese miedo infantil a los fantasmas aún no me ha abandonado, ahora lo tengo controlado, pero todavía siento respeto por las casas antiguas y por los cementerios. Me gusta visitarlos (siempre de día) y leer las inscripciones de las tumbas, a veces encuentras cosas sorprendentes en las lápidas, epitafios. Son lugares mágicos, me atraen y a la vez me inquietan.

«escribir me permite experimentar otras vidas»

CAROLINa DE LAS HERAS
¿Alguna vez has perdido el rumbo?

Soy una persona bastante estable y algo rígida. Me gusta tenerlo todo controlado, a veces demasiado. Sin embargo, escribiendo no lo soy, me sucede todo lo contrario, nunca tengo cerrado cómo van a terminar las historias que escribo. Sí, sé hacia dónde quiero dirigir la historia, pero por el camino se me ocurren alternativas, surgen ideas nuevas, diferentes, y las voy incorporando sobre la marcha. Voy inventando personajes según los voy necesitando, porque la trama lo requiere, para darle sentido y verosimilitud, para cerrar el círculo.

¿Te gustan las miradas de las personas de ojos azules o eres más como la protagonista?

Mi madre y mi hijo mayor tienen los ojos azules. Claro que me gustan. A Rebeca no, porque posee un locus de control externo, es decir, ella tiene el convencimiento de que no maneja las riendas de su vida y casualmente su madre y su pareja, ambos grandes manipuladores, tienen los ojos azules, algo que Rebeca identifica rápidamente como el punto en común de ambos, cuando en realidad son otros aspectos de la personalidad de cada uno los que les hacen ser tan parecidos.

Rebeca y yo no tenemos mucho en común, fue un verdadero reto ponerme en su piel. Es una mujer con una gran inseguridad, consecuencia de una infancia carente del cariño de su madre, todo lo contrario a la mía, en la que mi madre fue mi refugio, mi lugar seguro, mi modelo a seguir.

Pero hay algo que sí me gusta mucho de Rebeca: su deseo de cambiar, de darle la vuelta a su vida y de buscar la felicidad. Es mucho más valiente de lo que ella cree y a lo largo de la novela, eso se va evidenciando.

Eres más de buscar rincones para escribir o prefieres la casa y estudio.

Para escribir necesito silencio y tranquilidad y eso lo suelo encontrar en casa. Cuando no ha sido así he probado a irme a otros sitios, bibliotecas, cafeterías… Pero me distraigo, me gusta mucho observar a la gente y eso hace que no me concentre en escribir si estoy rodeada de personas. Mi momento preferido es la noche, cuando todos duermen.

¿Algún proyecto nuevo de literatura?

Sí, empecé una nueva novela durante el confinamiento, en mayo de 2020, y la terminé en octubre del 21. Me he divertido muchísimo con ella y estoy muy satisfecha con el resultado.

Es diferente a “Buscándome tras tus pasos”. Cuando escribí mi primera novela era un proyecto para mí, muy íntimo, aunque luego finalmente fuera publicada, no la escribí pensando que lo fuera a ser. Creo que eso se percibe de alguna manera en mi forma de escribir. Mi segunda novela es más madura, más profunda. Me he atrevido con un protagonista masculino, y ha sido toda una experiencia porque tenía que ser un hombre real, creíble, y yo soy una mujer y no quería que se notara que había una mujer detrás escribiendo sobre los sentimientos de un hombre. Eso me ha preocupado mucho durante todo el proceso de creación del personaje.

La novela se titula “Rojo intenso” y esta vez me ha llevado a tierras navarras, tierras de vides y caseríos y tiene en común con “Buscándome tras tus pasos” que se narran historias en dos momentos temporales diferentes, en este caso, los años de la posguerra en España y la actualidad.

¿Por qué crees que las personas deben pararse a leer tu novela?

En primer lugar, leer es maravilloso, una buena novela es capaz de transportarte a otras vidas, hacerte sentir lo mismo que siente el protagonista, ponerte en situaciones que quizá nunca hubieras imaginado. Y “Buscándome tras tus pasos” es una novela con magia, te hace desear que La Antoxana exista de verdad, y poder recorrer sus habitaciones, descubrir sus rincones desde la perspectiva de cada una de las protagonistas. Es una novela que respeta al lector, es honesta con él y le permite interpretar, concluir e incluso decidir cuál es la clave de toda la historia. Yo he sido y soy una lectora voraz y en “Buscándome tras tus pasos” escribo pensando en el lector, mostrándole la historia como me hubiera gustado que me la mostraran a mí, como lectora.

Enhorabuena por tu libro, me ha encantado, me parece bellísimo, de buen pulso, buena atmósfera y muy buenos personajes. Te animo a que sigas con la escritura. ¿Algunas palabras para esa gente que nos lee y que no se atreven a dar el paso para escribir su primer escrito?

Gracias Luisje, es una gran satisfacción escuchar tu opinión sobre “Buscándome tras tus pasos”, me hace muy feliz. Quiero aprovechar para agradecerte tu interés por mi obra y darme la oportunidad de darla a conocer a través de tu revista.

A cualquier persona que en algún momento haya sentido la necesidad de escribir, de enfrentarse a un papel en blanco y darle forma a una historia, transmitir un sentimiento, una vivencia… Les diría que empezaran escribiendo algo y haciéndolo como a ellos les hubiera gustado que se lo contaran. El escritor ha sido siempre antes un lector, por lo que lo primero que tiene que hacer es disfrutar leyendo lo que ha escrito.

Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos

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