Raúl Cueto Muñoz (Jaén, 1977), padre de 3 hijos, es un escritor que ama su tierra, pero sin llegar al paroxismo.
Diplomado en Magisterio en la especialidad de Lengua Inglesa y Licenciado en Psicopedagogía.
En 2014 nació su primera novela, MANDYLION, un thriller policíaco con tintes de misterio e historia que transcurre en su ciudad natal, la capital del Santo Reino. La repercusión de esta obra fue tal que años más tarde está a punto de convertirse en película con un reparto de lujo y donde el propio autor de la novela original ha participado como guionista y asesor.
A finales de 2020 publicó un ensayo titulado MASONERÍAS. UNA BREVÍSIMA DECONSTRUCCIÓN, que en pocos meses se ha convertido en una obra de referencia para todas aquellas personas interesadas en dicha Orden iniciática.
En la actualidad se encuentra revisando su última obra, una novela histórica de cerca de medio millón de palabras repartidas en 2 volúmenes, escrita en primera persona y ambientada en la Europa del siglo XVIII.
«El tejido artístico se tiene que contentar con las migajas que les ofrecen las administraciones públicas»
RaÚL CUETO
¿De Jaén, Jaén?
De Jaén, a secas… Para autoafirmarse no hace falta repetir términos. Nací en Jaén y por no tener no tengo ni pueblo donde pasar los veranos, lo cual me dio mucha envidia durante la infancia. Me crié en el barrio de Peñamefécit y ya llevo más de quince años viviendo en La Magdalena. ¡Más de Jaén no puedo ser!.
Valoración de la literatura jiennense.
Es una literatura muy viva, pero cainita como la propia ciudad. Prácticamente todo el mundo artístico de Jaén lo es de un modo u otro… Al ser una ciudad pequeña cabría esperar más cariño y reconocimiento a las pocas personas que dedicamos tiempo y esfuerzo a crear, pero por desgracia Jaén se ha convertido en una ciudad dormitorio para el arte. Es decir, aquí la gente vive y bebe, pero consume cultura en otras ciudades, lo que deja a los artistas locales sin público o, en el mejor de los casos, con el mismo de siempre. Al final, el tejido artístico se tiene que contentar con las migajas que les ofrecen las administraciones públicas, que como migajas que son no alimentan. Estamos de acuerdo en que nadie es profeta en su tierra, pero con esta actitud de menosprecio hacia lo propio lo único que se consigue es provocar el exilio de quienes podrían generar riqueza de mantenerse aquí y pocas palabras de afecto hacia una ciudad que les da la espalda. Pese a ello, no conozco a nadie que odie Jaén. ¡Todo lo contrario! A Jaén se le ama, pero como amante es mala en la cama.
Un rincón de Jaén ideal para escribir un buen poema o unas cuantas líneas de una novela.
Los Jardines de Jabalcuz, sin lugar a dudas. Es un enclave maravilloso, sobre todo en otoño e invierno, cuando todo es bruma a su alrededor. Da la sensación de entrar en una catedral, con sus pequeñas capillas, su altar mayor abierto bajo la bóveda celeste y su ábside. Es una sensación que siento profundamente cada vez que visito ese enclave privilegiado y así lo dejé patente en mi primera novela, MANDYLION, donde algunas de sus escenas más significativas transcurren allí. De hecho, el rodaje de la película basada en dicha novela también utilizará como escenario los jardines…
Tipo de literatura que te gusta escribir.
Me gusta escribir de forma muy detallada. Soy incapaz de dejar nada atrás, porque todo me parece importante para conocer a los personajes. Cada respiración, pensamiento o gesto proporciona una medida exacta de quién es quién y por qué ha llegado a ser así, pero sin tener que describirlo con cuchara, sino con matices y sutilezas para quien quiera leer entre líneas. Igual me sucede con las localizaciones y el propio uso del tiempo… Me gusta la linealidad temporal, pero también saber qué sucede en otro lugar y a otra persona a la vez que estoy describiendo una escena determinada. Me fascinan las realidades paralelas y que un mismo detalle signifique cosas distintas en función de la perspectiva de los personajes. Ese relativismo me hace tocar un mismo concepto de forma circular y extensa, lo cual a veces hace que mi escritura se perciba como densa o difícil. De todos modos, creo que escribir y leer debe ser un ejercicio constante de reflexión, de pausa interior, de inversión emocional. Por desgracia, vivimos en un mundo de eyaculadores precoces, donde todo tiene que ser inmediato. Por eso la palabra se está abandonando por elementos más visuales, lo cual queda patente en el uso de las redes sociales virtuales, de ahí que mi literatura es una rebelión ante esa ucronía a la que nos quieren llevar de forma inexorable. Quien quiera leer mis obras tendrá que hacer el esfuerzo de soportar mi palabrería.
«Quien quiera leer mis obras tendrá que hacer el esfuerzo de soportar mi palabrería.»
Raul cueto
Tipo de literatura que te gusta leer.
Me gusta mucho la literatura clásica, sobre todo la proveniente del Romanticismo alemán o del periodo de entreguerras. La poesía de Novalis, Hölderlin, Heine… Las obras de Goethe… Las novelas de Thomas Mann… O los ensayos y biografías de Stefan Zweig… ¡Tienen un nivel intelectual prácticamente inalcanzable! De hecho, creo que mi predilección por esa literatura viene provocada sobre todo por la fascinación que me produce que un país tan elevado como Alemania pudiera acabar en las garras de la locura nazi. Me resulta incomprensible ese giro tan brutal y terrible de los acontecimientos, así como una advertencia para nuestro propio futuro.
Tipo de literatura que llevarías al cine.
Me gusta muchísimo el cine histórico, por lo que tiene de aprendizaje a la hora de conocer nuestra época. Pero también me apasiona el cine romántico, siempre que no se caiga en la ñoñería o en la estupidez. Hay películas con unos guiones prodigiosos, con personajes maduros que dicen verdades como puños, llenos de dolor, y que con una mirada te atraviesan el alma… Mi sueño es escribir el guión cinematográfico de una gran historia de amor y espero poder hacerlo en un futuro no muy lejano.
¿De qué va tu última publicación?
Pues es un breve ensayo. Se titula MASONERÍAS y surgió en un momento de descanso creativo, a modo de terapia de desintoxicación. Llevaba 4 años inmerso en la escritura de una nueva novela que aún a día de hoy estoy revisando y justo al terminarla me propuse embarcarme en un proyecto de divulgación acerca de la Francmasonería. Mi primera novela, MANDYLION, está escrita en tercera persona; la nueva novela, en primera… Mi idea a la hora de escribir es no repetir formas, aunque sí hay temas recurrentes en mis obras, de ahí que me planteara la redacción de un ensayo, puesto que es un género que me atrae y del que he leído muchas obras.
¿Qué quieres contar con ella?
Pues más que nada he querido desmitificar la Francmasonería, al mismo tiempo que eliminar los prejuicios que hay sobre ella. Es una organización que ha sido criminalizada hasta el paroxismo y ya era hora de hacer una aproximación directa y amena a la misma. Ese es uno de los principales errores en el género de ensayo, que la mayoría de los textos son auténticos ladrillos no aptos para el común de los mortales. Por eso me propuse en primer lugar que fuera breve y en segundo que resultara divertido. Como suelo decir a menudo, sin humor no hay verdad que merezca la pena…
Es un bello libro… ¿necesario?
Bueno, lo de bello es relativo… Ya se sabe que en cuestión de gustos… Y necesario tampoco. No hay nada necesario en esta vida, más allá del aire que respiramos… Yo diría que es un libro interesante, sin pretensiones. De hecho, tiene un formato de bolsillo para que pueda ser leído en cualquier lugar y situación, además de contar con un lenguaje certero y de fácil lectura. La idea es que, lo que en un principio podría parecer un texto más sobre el tema, poco a poco vaya envolviendo a la persona que lo tiene entre sus manos en una dinámica enriquecedora que le diga más sobre ella misma que sobre el tema en cuestión. La intención es que al leerlo la persona se vaya haciendo preguntas sobre sí misma. Solo así se puede llegar a entender el fenómeno masónico…
¿Cómo va la venta del libro?
Pues mi editor se ha dado a la fuga con todo el dinero… [risas]. Fuera de bromas, sinceramente no tengo la menor idea… Según me dice la editorial está funcionando muy bien, y es digno de mención el hecho de que la mayor parte de ventas a través de plataformas digitales las han realizado mujeres, lo cual me halaga sobremanera y da la verdadera dimensión del crecimiento actual de la Masonería en España, donde el género femenino se está imponiendo como el verdadero futuro de la Orden, lo que es sin duda una magnífica noticia para la normalización de la igualdad en las logias y en la sociedad.
¿Mandylion o Masonerías?
Tengo que reconocer la predilección por mi primogénito. MANDYLION ha supuesto un antes y un después en mi vida y siempre estaré ligado a él. En breve sus páginas se convertirán en fotogramas y es algo que jamás pude imaginar cuando lo publiqué en 2014. Además, que la acción se desarrolle en la ciudad de Jaén ayudará a visibilizar todo el potencial de esta tierra. A ver si de una vez por todas desterramos a Caín de nuestras calles…
¿Hay preparado ya un nuevo escrito?
Así es. Llevo trabajando en él el último lustro de mi vida y ha sido un trabajo que me ha dejado completamente exhausto. Es una novela histórica escrita en primera persona, a modo de autobiografía ficticia y ambientada por completo en el siglo XVIII, que me ha exigido realizar una investigación muy profunda, recopilando y estudiando fuentes originales en inglés, alemán, italiano y francés. Era un proyecto que tenía en mente desde hacía muchos años y que comencé sin darme cuenta verdaderamente de la dimensión real del proyecto. Poco a poco fue creciendo y al finalizar ha salido la friolera de medio millón de palabras, divididas en 2 extensos volúmenes. ¡Una auténtica locura! No obstante, y a pesar de que se ha convertido en una completa obsesión, lo volvería a repetir una y mil veces, porque ha sido una experiencia maravillosa… En breve finalizaré la fase de revisión y, si algún día se publica, podré decir que ya puedo morir tranquilo, porque es la obra de toda una vida.
¿Alfa u Omega?
¡Siempre Alfa! Me encantan los comienzos, la sensación del papel en blanco, los nervios antes de salir a escena, la mirada antes del beso, la sonrisa previa al sonrojo… Del Omega solo me gusta que acabe por «a» de Alfa, pues todo final es a su vez un nuevo principio.
¿Resurrección o reencarnación?
La reencarnación me resulta injusta. No creo que nadie venga al mundo a ser feliz o infeliz por designio divino y como recompensa a su pasado. Si fuera así, ¡vaya Dios más cabrón! La resurrección, en cambio, me parece más atractiva, siempre que no regresemos a un valle de lágrimas. La resurrección es un canto a la vida, un carpe diem eterno…
¿Jesucristo o Buda?
Buda me cae bien, parece buena persona… Pero Jesucristo me cautiva. Su voluntad de sacrificio es inspiradora y va más allá de la simple fraternidad. Para mí es un ejemplo a seguir de integridad y rectitud… No obstante, no me gustan los proyectos unipersonales y de tener que elegir a quién seguir entre ambos creo que no elegiría a ninguno. Eso de que «Yo soy el camino» me chirría bastante… Prefiero transitar por veredas libres y descampados.
¿Literatura o música?
¡Música! De hecho creo que escribo por mi completa ineptitud musical. Soy un gran melómano y cada día escucho varias horas de música, sobre todo la mal denominada clásica. Pero soy incapaz de tocar nada que suene relativamente bien, más que nada porque siempre quise aprender a tocar un instrumento y nunca tuve tiempo de hacerlo. Violín, piano, oboe… ¡me habría encantado! Mi falta de habilidad manual la compenso con un oído pasable y una aceptable memoria, que me permite escuchar mentalmente infinidad de obras musicales sin destrozar mis tímpanos, de modo que siempre pienso en forma de música, sintiéndome acompañado en todo momento de los más grandes compositores de la historia. Bueno… y de algún que otro grupo de rock…
¿García Lorca o Antonio Machado?
¡Lorca! Su riqueza en metáforas, la musicalidad de sus versos, su propia vida y su injusto final le convierten en el más grande poeta español de todos los tiempos, con permiso de Cernuda, Quevedo o el propio Machado, además de mil poetas más que hacen de la poesía española una de las más bellas del mundo, si no la que más.
¿Mozart o Beethoven?
¡Mozart! Con Mozart me pasa algo parecido que con Lorca: su abrumadora riqueza de ideas, su extraordinario sentido de la escena, sus ideales, la intensidad de sus días desde que fuera un niño y su trágica pérdida en plena madurez compositiva le elevan por encima del resto de grandes maestros como Beethoven, Bach, Brahms, Schubert, Mendelssohn, Mahler… He tenido la inmensa fortuna de buscarle en cada esquina de Viena y Salzburgo; he podido llorar de emoción, arrodillado y en completa soledad ante el lugar donde alguna vez descansaron sus restos (¡quién sabe si continúan allí, en el cementerio de San Marcos!). Sin duda es la figura que más me ha impresionado e influenciado de toda la historia. Mozart es como la Torah: no puede cambiarse una sola nota de cuantas dejó escritas…
¿Barroco o gótico?
¡Gótico! Ese paso de la oscuridad románica a la explosión de luz gótica marcó un cambio de paradigma incluso en la forma de pensar del ser humano. Fue el gótico el que hizo que la humanidad mirara hacia arriba en lugar de rezar mirando al suelo. ¡Fue simplemente liberador!
Un escritor.
¡Dostoyevski! Solo por Crimen y Castigo ya merece la gloria. Me encanta su forma de describir el interior de sus personajes, de arrancarles el alma para ofrecérsela aún caliente a quien lee sus obras. Escribir es desnudar el alma de quien escribe y de quien lee, y Dostoyevski lo hace como nadie…
Un poeta.
¡Baudelaire! Sus «Flores del mal» son un monumento a la libertad de sentir y al amor sin límites. Fue un adelantado a su tiempo y eso ya es signo de grandeza.
Un pintor.
¡Vermeer! Me fascina cómo trata la luz en sus escenas. También me gustan mucho George de la Tour y sus juegos con las llamas, o Friedrich y sus paisajes románticos. No son los mejores pintores de la historia, pero me encanta su estética.
Un anhelo.
Vivir siempre en un perpetuo enamoramiento, de alguien o de algo…
Una pesadilla.
Morir con la sensación de haber desperdiciado la vida.
Un sueño.
Ser feliz. Quien se dedica al mundo del arte sabe que, en el fondo, todos los artistas somos unos desdichados.
Unas palabras para el público que nos lea.
Pues eso mismo: que lean, que escuchen, que vean, que toquen, que sientan, que piensen, que amen y que vivan… Que sin cultura no hay presente y mucho menos futuro.
Una entrevista de Luisje Moyano,
para «Los Putrefactos».