Carlos de Aguilar Gutiérrez (Carlos Aguilar), nacido en Madrid en 1958. Es historiador cinematográfico, crítico de cine, escritor y novelista.
En su dilata carrera ha trabajado en diversas revistas: “Mad Movies, Nocturno, Fotogramas, Cine Bis, Nosferatu, etc.” Ha publicado cerca de sesenta libros con el cine siempre rondando su mente. A finales de 2013 aparece uno de sus libros más ambiciosos e importantes, “Cine y Jazz”, que en apenas un año alcanza su segunda edición. Es autor de varias novelas y en estas fechas estrena “Hijos de la Furia y la Noche”.
No obstante, la obra capital de Carlos Aguilar es su monumental “Guía del Cine”, escrita y actualizada desde su aparición, en la década de 1980. Constituye el mayor diccionario de películas editado en España.
Foto: Paco Manzano
«La corrección política, dentro de la cual se inserta la desorbitación irracional del feminismo, está generando una sociedad, y una cultura, cada vez más asexuada, más inocua.»
Carlos Aguilar
Dónde te sitúas ¿al este del Edén o al oeste de Pecos?
El Western es mi patria ética y estética. Por lo tanto…
¿Te sientes bueno, feo o malo?
Me siento Carlos Aguilar. Bueno, a veces, que diría Borges.
¿Cuánto de cine hay en el jazz?
Mucho, pues toda expresión artística, si tiene sustancia, cuenta cosas. Y la música, aun siendo abstracta, no se libra de esa cualidad.
¿Cuánto de jazz hay en el cine?
No poco. Sin ir más lejos, muchas bandas sonoras están determinadas por el Jazz.
¿Y en el flamenco?
El Flamenco y el Jazz están cerca, anímica y estéticamente, social y espiritualmente, en idéntica medida que las etnias donde brotaron. O sea, los gitanos españoles y los negros americanos. Pero también es verdad que no existe tanta representación del uno como del otro en el Cine, dado que el Jazz es más universal.
De hecho, has publicado hace unos meses el libro Flamenco Jazz, el cuarto que escribes con tu mujer, la escritora canadiense Anita Haas. ¿Qué destacarías de él?
Dos cosas, sobre todo. Una, que nos exigió un esfuerzo de investigación y estructuración mucho mayor del que habíamos previsto, a partir de todo lo que aprendimos en ese ambiente y en las actuaciones, de la gente que hemos conocido, de músicos geniales sobre los cuales no se había escrito en ningún libro. Y otra, que su editor y diseñador, Javier G. Romero, ha coronado un trabajo estético excepcional. Pienso que no existe en el mundo otro libro, sobre el flamenco o sobre el Jazz, tan sumamente bello en términos visuales. De nuestro texto ya no opino, por obvias razones de modestia, eso os corresponde a los lectores.
Con la misma editorial has publicado también hace poco EuroSexy. ¿Eras consciente de que suponía una provocación?
Claro. De hecho lo hice por eso, para provocar, constatando que la corrección política, dentro de la cual se inserta la desorbitación irracional del feminismo, está generando una sociedad, y una cultura, cada vez más asexuada, más inocua. He querido denunciar esto, a la par que rendir homenaje al fabuloso epíteto Sexy bajo el cual creció mi generación, puesto que era maravilloso y ahora es inconcebible. De ahí que, para apuntalar mi texto, incluyéramos unas mil imágenes representativas. O sea, muy sexy. Las cosas hay que hacerlas mientras se pueda, a lo grande y cuando procede, jajaja.
Has publicado una nueva novela, de género western, Los hijos de la furia y de la noche ¿qué te atrae tanto de ese mundo?
Básicamente, poder reflejar temas trascendentales mediante personajes elementales, en el marco de un pasado histórico sugestivo, porque tiene más de fantasía que de realidad.
Cuéntanos lo que puedas de tu nueva novela.
Es un western de aventuras, con pinceladas de Weird gótico y de política-ficción, según una inspiración que agasaja las películas del género de los años 60, tanto americanas como europeas, en la esencia y en los intérpretes, pero desde mi propia personalidad de autor.
¿Qué usas para escribir e inspirarte?
Mi bagaje estético-cultural es la matriz. Y las ideas concretas que me asaltan desde esta base, el estímulo.
Eres habitual en el programa de TVE Historia de nuestro cine.
Para mí es un honor, porque ninguna televisión del mundo, pública o privada, ha propuesto un programa semejante, que facilite conocer el patrimonio fílmico nacional, en un horario de máxima audiencia y con unas presentaciones cualificadas, que posibiliten valorar las películas con conocimiento de causa. Además, está muy bien organizado y coordinado, por tanto colaborar ahí me resulta, además de gratificante, cómodo.
«Para mí, en la vida solo cuentan el amor, la amistad y el arte»
Carlos Aguilar
De tu Guía del cine ¿qué película sacarías como la mejor? ¿Y la peor?
Me reconozco incapaz de responder.
Un director y un compositor.
Orson Welles y Ennio Morricone.
Nueve colores sangra la luna, quédate solo con uno para pintar el mundo.
El morado.
¿Sol o lluvia?
En la vida, sol. En el arte, lluvia.
¿Mar o montaña?
Mar, pero sólo como espectador, cuando no hay nadie y hace un poco de frío.
¿Desierto o río?
Río, limpio pero no demasiado ancho ni caudaloso.
Un vicio.
El vino rosado.
Un exceso.
Ni de joven me he permitido cometer excesos, de ningún tipo. Me parece vulgar, casposo.
Una obsesión.
Tampoco me las he permitido. Siempre he procurado dominar mis pasiones, por intensas que fueran, para no ser esclavo de nada. Y creo que lo he conseguido, aunque no siempre fue fácil, jajaja.
Los gatos.
Siempre me han fascinado, y Anita y yo hemos adoptado dos, a los cuales llamamos Viridiana y Tristana, obviamente debido a nuestra admiración por Buñuel. Los gatos tienen belleza, elegancia, gracia, sensibilidad, misterio… Son una compañía enriquecedora y estética por igual.
¿Jubilación a los sesenta, a los setenta o que se jubilen ellos?
Pues según el caso.
Política, Religión.
Carezco de ideología política y de creencias religiosas. Para mí, en la vida solo cuentan el amor, la amistad y el arte.
Algo que quieras decir a los lectores para que sigan leyendo.
Que ya queda menos.
Tu actividad dentro del mundo de la cultura y el espectáculo ya cubre unos cuarenta años.
Y se me han pasado volando. No he parado, porque no hay que parar. Y me siento tan dinámico como cuando empecé.
Por último, si quieres, di algo sobre tus proyectos.
Seguir en activo, compaginando mis diversas facetas. O sea, insistir en lo mío. “Aunque es de noche”, como cantaba el genial Morente.
Una entrevista de Luisje Moyano,
para «Los Putrefactos».