Escritor, dramaturgo, actor y director. Nacido en Barcelona el 29 de julio de 1943.
Fundador de una de las compañías de teatro más importantes de España, «Els Joglars». Con obras de gran calado a nivel nacional e internacional como «La Torna», «Operació Ubú», «Teledeum», «Ubú presidente», «Daaalí», «El retablo de las maravillas», «La torna de la torna», entre otras más.
Ha creado diversos programas de televisión como «La Odisea», «Ya semos europeos», «Orden especial» o «El retablo de las maravillas», entre otros.
También escribió el guion y dirigió la película «Buen viaje, excelencia».
Ha escrito varios libros «El rapto de Talía», «Memorias de un bufón», «Adiós Cataluña, crónicas de amor y guerra», con la que ganó el Premio Espasa en 2007, entre otros.
«en la sociedad bien alimentada todos tenemos
albert boadella
mucho que perder y nadie quiere riesgos»
¿Qué supuso Els Joglars para el teatro en España?
Lo relevante de esta pregunta es que después de 61 años, todavía hoy se puede decir «Qué supone Els Joglars para el teatro en España». En nuestros tiempos de modas efímeras, la continuidad en el arte ya es un valor en sí mismo. Esta larga trayectoria ha supuesto una enorme complacencia para quienes la han hecho posible y también para los que la han disfrutado como público. En términos más profesionales, ha significado introducir un teatro con una relación más próxima hacia los sentidos en vez de optar por la vía convencional que mantiene la primacía sobre las especulaciones mentales. Un teatro más cercano a la emoción que proporciona el arte.
¿Y qué supuso España para Els Joglars?
La compañía ha vivido en varias Españas. La primera, durante los 14 años de dictadura con la censura y los mensajes entre líneas. Después la España de la explosión democrática con la apoteosis de libertad. Más tarde el enfrentamiento con nuestra propia tribu que busca romper España, y finalmente, la España de los nuevos tabús progres que tratan de introducirse en la libre intimidad de los ciudadanos bajo el subterfugio del bien común.
¿Cuánto de teatro hay en la vida?
La interpretación es algo que no solo forma parte del ser humano sino también de algunas especies animales, las cuales simulan gestos o una agresividad que no tienen, para intimidar al adversario. Es curioso que en la antigüedad a los actores se les llamaba hipócritas. La simulación ocupa muchas horas diarias en la vida de los humanos. No obstante, esas interpretaciones de engaño tampoco pueden considerarse una acción teatral porque el teatro es una simulación que tiene como objetivo la verdad.
¿Y cuánto de vida hay en el teatro?
Sobre un escenario la vida y la muerte impresionan más que en la realidad. La muerte de Hamlet o de Romeo y Julieta, son mucho más emotivas porque toman una dimensión épica y estética. Todos los sentimientos y acciones humanas están especulados y amplificados sobre la escena, y por tanto, transmiten una mayor capacidad emotiva que la propia realidad. Se podría decir que en el teatro la vida es más vida y la muerte más muerte.
¿Alfa u Omega?
Eso siempre ha significado una abstracción filosófica que no permite aplicarse en concreciones personales. Sería una apropiación vanidosa. Ahora bien, si lo reducimos simplemente a macho y hembra, pues de momento lo tengo claro. Me ha entusiasmado ser hombre.
¿Dios o patria?
Son dos ficciones que han producido tantos consuelos como crímenes, precisamente, por ser impulsos naturales del ser humano. Cuanto más trato de racionalizarlo, más dudas me surgen en los dos casos. Es el problema de lo que solo se sustenta por la fe y los sentimientos.
¿Hay independencia en la forma de pensar y de ser de hoy día?
Esta pregunta la podría contestar con exactitud si tuviera la condición de retroceder dos siglos. Mi impresión es que ahora se aplican unas formas más sutiles y perversas de dominio. Las sanciones a la desviación del pensamiento correcto también son más retorcidas, pues incitan a la autocensura de los artistas bajo la coacción del juicio paralelo que representan hoy las redes. Sobre el papel hay más libertad, pero los poderes han conseguido que los ciudadanos también tengan un mayor temor a utilizarla. En la sociedad bien alimentada todos tenemos mucho que perder y nadie quiere riesgos. Lo que sí me parece claro, es que en la España de hoy hay menos libertad de expresión que en los años 80 y 90 del siglo pasado.
La libertad, ¿realidad o utopía?
La libertad está relacionada directamente con la valentía. De lo contrario se convierte simplemente en un tema para la demagogia y las tertulias. En la última página del libro que voy a publicar, mi alumno me pregunta sobre la libertad en el teatro y yo le contesto «Es muy simple. Es una cuestión de cojones». Aunque de forma algo rústica, aquí está la clave de la libertad.
De tus escritos me quedo con “Memorias de un bufón” publicado por Espasa en 2001, muy recomendable, un libro que leí en profundidad mientras estudiaba en la escuela de arte dramático. ¿Ha cambiado en algo aquel Boadella al de hoy?
Afortunadamente, muchas cosas. He rectificado errores en mi profesión que me han obligado a cambiar formas y estilos. En otro aspecto he comprobado que muchas intuiciones de aquellos tiempos corresponden a la realidad, lo que me ha llevado a tomar actitudes de mayor seguridad y firmeza. También, con la acumulación de años, he verificado la trascendencia de un amor sólido con una mujer para soportar los déficits de la vejez, aunque finalmente, lo más importante, es que puedo responder a esta entrevista con la mente y el cuerpo en un estado todavía más o menos satisfactorio.
Dices en el libro: “el humor como recurso natural para enfrentarse a cualquier dificultad”. Ante como está el mundo y nuestro país, ¿sigues pensado que hay que poner humor a cualquier situación, o es tan triste la situación que ni el humor tiene cabida?
No sabría vivir ni soportar ciertas cosas sin humor. En esta época donde el “yo” personal es algo obsesivo, el humor ofrece una posibilidad de distanciarnos de nosotros mismos, lo cual es un principio ineludible de higiene mental. Significa también un gran antídoto contra cualquier fundamentalismo y relaja nuestra relación con el prójimo. Finalmente, nos distingue como seres inteligentes porque lo que más nos distancia de los animales es, precisamente, el sentido del humor.
Diez mandamientos de Els Joglars: 1-Individualista. 2-Asilvestrado. 3-Antidogmático. 4-Provocador. 5-Desconfiado. 6-Ir siempre a la contra. 7-Desdeñar la fantasía. 8-Amar el mal gusto. 9-Fomentar los enemigos. 10-Huir del teatro. De estos mandamientos, ¿con cual se quedaría el Boadella de hoy y cuál de ellos quedaría descartado?
Sigo con todos. Es la apología de una posición insurrecta. Quizás añadiría el 11, que debería ser «No telefonear al que está en el baño». Lo que significa artísticamente tener sentido de la armonía. Lo digo porque hay gente inarmónica que siempre telefonea cuando estás comiendo, cagando o follando. Y lo curioso es que siempre son los mismos. Estos hay que alejarlos de las artes porque producen estridencias y aburrimiento.
Me divertí mucho con la obra “El Pimiento Verdi”. ¿En qué te inspiras para tu teatro?
Nada mejor que la realidad. En “El Pimiento Verdi” todo estaba basado en la realidad. El restaurante real es El Pimiento Verde de Madrid. El protagonista de la obra se llama igual que el propietario del restaurante. Su afición por montar shows líricos por las noches en el restaurante es la misma que en la obra. Y la fobia entre verdianos y wagnerianos no es inventada. Mi padre, gran amante de Verdi, participó a mamporros en su juventud contra el público de una ópera de Wagner. Nada supera la realidad. ¿Hace veinte años nos hubiéramos imaginado lo que ha sucedido en Cataluña? Mi Ubu President se quedó corto.
Un escritor y una escritora de cabecera.
El escritor Josep Pla y no solo en la cabecera. Escritoras, tengo que confesar que no soy fan de ninguna si exceptúo a Cayetana Álvarez de Toledo, de la que muy recientemente he disfrutado con su último libro.
Un libro que recomendarías al que nunca ha leído uno.
«El Principito» de Antoine de Saint-Exupery. Además, tiene imágenes. Más fácil imposible.
Una obra de teatro.
En las mejores obras de teatro que he visto, el texto era secundario. Lo cual hace muy difícil la recomendación pues ya no están en cartel y leer el guion no llevaría a nada.
Alguien odioso.
Cambio por meses. Este mes es el Papa actual. Un impostor.
Alguien a quien admires.
A mi esposa. De lo contrario no hubiera pasado tantos años y tantas horas junto a ella.
¿Mundología o universidad?
La universidad actual, además de ser un escarnio a sus esencias, ha significado una desgracia para las artes. Ha instigado la idea de que en el arte existe la creación al margen del pasado. Eso es una aberración. Hay que volver al fervor por el maestro que te exige e instruye y que después empiezas copiándolo. Como Beethoven con Mozart.
¿Jamón o brócoli?
Si el jamón es pata negra auténtica, confieso que soy drogadicto de este producto. Tengo mono cuando llevo días sin probarlo.
¿El mundo rural o la gran ciudad?
He vivido muy bien los últimos 55 años de mi vida en el campo. Me marché muy harto de Barcelona, pero quizás no lo hubiera hecho si hubiera vivido en París, Roma o Venecia.
¿Tradición o modernidad?
La tradición me lo ha enseñado todo. Practico un oficio que hace 2400 años era casi igual que ahora. Todo está en el pasado. Es el fundamento sólido que ha existido y sigue existiendo. La modernidad es algo que cada día está por hacer. Soy moderno como todas las personas que están vivas. Cuando muera dejaré de ser moderno. No hay que darle mayor relevancia a ese término.
El arte contemporáneo.
Detrás de este título se esconde una de las mayores estafas del mundo actual. Solo es igualada por la gran estafa que supuso durante siglos la venta de reliquias y que ahora no valen nada. En lo llamado contemporáneo, el valor solo es financiero y ciertamente, hay algo de arte, pero no en las obras sino en el hecho de vender grandes mierdas a precios millonarios. A esto le reconozco todo el mérito.
A la hora de escribir, ¿silencio y meditación o música?
Silencio absoluto, una vista relajante en el entorno y veinte grados en la estancia.
Un lugar para escaparse para leer y otro para escribir.
Para leer el AVE y para escribir, nieve en el exterior y el fuego de la chimenea cercano.
La política.
Era algo interesante en España hasta que aparecieron Zapatero, Rajoy y Sánchez. Quizás sea el producto de la generación de los mimados. Hay que hacer un gran esfuerzo para no caer en la desolación. Sin embargo, si no hacemos nada, acabarán con lo mejor que tenemos en este país. La democracia está en gran peligro con esta gente y la posibilidad de una involución hacia formas autoritarias no es descartable. La historia siempre se repite.
La anarquía.
La anarquía es algo inalcanzable. Es una ficción social formidable, pero como todas las utopías ha producido asesinatos al por mayor en el vano intento de alcanzarlas. En España nos trae malos recuerdos de la guerra. Prefiero el liberalismo, que es una forma de anarquismo elitista y es contraria al temible comunismo.
¿Hacen falta más payasos profesionales y menos de “salón”?
El payaso es la substancia del comediante. Yo siempre lo asocio con los niños de dos o tres años que nos dejan embelesados. El payaso bebe de esta raíz. No debería utilizarse nunca como insulto, pero eso forma parte del desprecio histórico hacia la farándula, y francamente, confieso que esta marginación tampoco me disgusta.
¿Hay vestigios quijotescos en nuestra sociedad?
En las guerras carlistas aun apareció algún destello. Ahora no queda ni el recuerdo.
¿Don Quijote o Sancho Panza?
Soy muy amigo de un duque que me recibe a menudo en su palacio con gran placer y cortesías. Entonces es cuando me siento más cercano al Quijote. Así se reproduce uno de los capítulos más divertidos del libro
El exilio.
Una oportunidad para cambiar de patria. Lo que sucede es que el furor de tener que salir forzado anubla las posibilidades de una nueva aventura interesante, en la que se podría poner en práctica aquello de que la patria es el lugar donde se está bien y nada más.
La cárcel.
Para mí era una antesala de la muerte. Había muchos masoquistas que se adaptaban e incluso se encontraban a gusto.
¿Hay más libertad dentro de la cárcel o fuera?
La única ventaja de estar dentro de una cárcel es que tienes menos cosas que vigilar y por las que estar preocupado. Puede entenderse como una cierta forma de libertad, pero es una ficción delirante.
Un exceso.
De tabús gilipollas, sobre los que incluso se llega a legislar y castigar a quien los infringe. Un atropello a la sensatez.
Una obsesión.
Para leer el AVE y para escribir, nieve en el exterior y el fuego de la chimenea cercano.
«la posibilidad de una involución hacia formas autoritarias no es descartable. La historia siempre se repite»
Albert boadella
Un lugar para escaparse para leer y otro para escribir.
Para leer el AVE y para escribir, nieve en el exterior y el fuego de la chimenea cercano.
Un lugar para escaparse para leer y otro para escribir.
En épocas de juventud, follar. Ahora los años me obligan a compensarlo con el arte.
La muerte.
Es una contradicción. El arte es la vida. Solo tiene arte la muerte simulada. En teatro, música, pintura, danza y poesía, puede llegar a ser bellísima.
¿Lope de Vega o Valle Inclán?
Sin duda Lope. Su teatro incorporaba la música a través del verso. Eso lo convertía en arte porque además de la historia moral que contaba, alentaba los sentidos del espectador. Valle entra más en la sociología o sicología. Una forma de prosa menos emotiva.
¿Cervantes o Antonio Machado?
Los dos son formidables. Cervantes tiene además un gran entremés que adoro, «El retablo de las maravillas». Con esta pieza quedaría contestada su pregunta sobre el arte contemporáneo.
¿Dalí o Luis Buñuel?
Dalí es el contemporáneo más inteligente que he conocido. Además de ser un pintor singular y un escritor remarcable. La vida secreta de Salvador Dalí es uno de los libros más interesantes del siglo XX. Aun hoy sigue siendo un artista odiado por los progres y las izquierdas. Eso es muy buen síntoma. Buñuel en cambio es un hombre sobrevalorado por la progresía. Sus películas ya quedan rancias.
¿Sol de invierno o lluvia de verano?
Soy más de la tramontana que me seca la humedad de mi masía en el Ampurdán
Proyectos futuros.
Acabar mi último libro, cuyo título provisional es «El pupilo y su tutor». Una relación con un supuesto discípulo que sale extraviado y descarriado de la universidad. A mí me toca hacer, con enormes dificultades, la restauración. Entre las dificultades, obviamente, el conflicto generacional.
Después tengo prevista una producción lírica como director y dramaturgo con los cantantes que siempre trabajo.
Presagio para un futuro reciente.
Hoy ocupan los cargos políticos una generación de gentes que no han hecho nada relevante antes de obtener sus puestos públicos. Domina una generación educada en la facilidad y consentidos por sus padres y maestros. Tienen solo la obsesión de liquidar el pasado o manipularlo a su manera. Creen que todo es moralmente posible. El actual presidente del Gobierno y el líder de la oposición son buena prueba de ello. Significan la representación fidedigna de la mediocridad y la amoralidad imperante capaz de hacer hoy lo contrario de lo que dijeron ayer. Son representativos de una parte importante de la sociedad. El futuro es muy inquietante.
Una entrevista de Luisje Moyano,
para «Los Putrefactos».