Mario Flores Martínez (Lucena, Córdoba, 1969) es Psicólogo General Sanitario, especialista en Clínica, Adicciones y Educación. Entra en el mundo de las
letras de la mano de Antonio Burgos y Francisco Robles publicando su “Diccionario Progre” (Jirones de Azul, 2007) en el que aborda los peligros de la manipulación del pensamiento a través del lenguaje, tema de candente actualidad y de especial preocupación para el autor.
Seguirán otras de diverso contenido que van desde el análisis histórico de lo local (“Lucena vista con gafas”, Ática Books. Lucena 2010) a la reflexión sobre la sociedad perturbada que nos ha tocado vivir (“No soporto las sillas. Crónica acelerada de una sociedad esquiciada”. Servicio de publicaciones de la Diputación de Córdoba, 2012). Estudioso de la cultura judía. Prologuista y colaborador en publicaciones profesionales, durante nueve años ha sido columnista del diario ABC en su edición de Córdoba, ofreciendo su visión personal y ácida.
“El público está ahora muy atento al cine histórico
Mario Flores
que narra episodios tan trágicos como el Holocausto.”
“La playa de Varsovia”, ¿Qué nos puedes contar de una de tus últimas novelas?
“La playa de Varsovia”(Edit. Berenice-Almuzara) supone la culminación de un amplio trabajo de documentación que me ha ayudado a poner en pie un sólido relato con muchos fundamentos históricos. Ello me ha permitido construir una novela donde la Historia y la ficción se dan la mano de una manera muy especial. El haber podido narrar las vicisitudes de un judío en la Varsovia de las deportaciones y el exterminio (1942) desde el coraje y la resistencia que Aleksander Kreczkiewicz (el personaje central de la obra), me ha permitido ponerme en la piel de uno de los muchos hebreos que sufrieron una persecución tan encarnizada y sentir que, después de todo, siempre hay esperanza. Porque nuestro personaje es capaz de sobrevivir al levantamiento del gueto de Varsovia, al alzamiento de la ciudad y a los campos de Auschwitz y Mauthausen para llegar después hasta España (sus orígenes son sefardíes), donde se adentrará en una trepidante trama de caza-nazis. Creo que es una novela “redonda” donde las pasiones humanas, mezcladas con la historia del Holocausto, cobran vida en cada página. Haber contado con las sugerencias y el prólogo de José Calvo Poyato le dan a la novela un plus de interés. Debo decir que esta novela me ha ofrecido muchas satisfacciones.
¿Qué te inspira de los sefardíes?
Su sabiduría, su afán por sobrevivir a pesar de las ingentes dificultades, su espiritualidad, sus deseos de atesorar conocimientos, su capacidad para crear,… Son estas las virtudes que acompañaban a aquellos judíos españoles que vivieron entre nosotros desde el siglo IX hasta su expulsión de España en el siglo XV en virtud del Edicto de Granada. Lucena, la ciudad en la que vivo y de la que soy oriundo, acogió una de las comunidades judías más importantes del occidente conocido (Siglos IX-XII), llegando a ser faro intelectual y espiritual para el mundo hebreo por todo el mediterráneo y oriente medio. Esa laboriosidad, ese deseo de encontrar la verdad mediante la filosofía, la ciencia y la religiosidad, son potentes elementos inspiradores que me hacen girar la cabeza hacia ese mundo y bucear en él.
Tu novela es adictiva, se lee casi del tirón, como una buena película… ¿La ves en los cines?
No sólo la veo yo en los cines, sino cada uno de los lectores que me han hecho llegar sus opiniones. El ritmo de la novela, sus giros argumentales y las tramas y subtramas que contiene, ofrecen los ingredientes necesarios para llevar a la pantalla una historia que, a buen seguro, mantendría en alerta al espectador a cada momento. Además, el público está ahora muy atento al cine histórico que narra episodios tan trágicos como el Holocausto, los nazis, la persecución y esos sórdidos asuntos que acontecieron en la Europa de principios y mediados del siglo XX. Si a ello se le suma el componente caza-nazis, el interés aumenta. ¡Ahora hay que buscar una productora!
“Los sumideros del hombre. Auschwitch, los guetos y otras reflexiones”, interesantísimo libro, háblanos de él.
Este libro fue el inmediatamente anterior a “La playa de Varsovia”. Se trata de un ensayo entreverado de las emociones derivadas de un viaje que realicé a Auschwitz y a lo que hoy queda de los guetos de Cracovia y Varsovia. El acercamiento emocional a aquellos lugares, pasados por el tamiz del psicólogo (mi profesión), dieron lugar a una obra donde caben descripciones de lugares, momentos y personajes que conforman un pandemónium donde se mezclan las voces de las víctimas y de los victimarios y también la de los descendientes de estos. El inicio del título, “Los sumideros del hombre”, ya nos anticipa la opinión del autor en cuanto a considerar la época histórica del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial como el sumidero por el que la dignidad humana desapareció. Hay un caso particular del que doy cuenta en la obra y que protagoniza Jennifer Teege (con quien tuve oportunidad de contactar). Ella es la nieta mulata del comandante del campo de Plaszow (Cracovia), Amon Goth -famoso por la película de Spielberg “La lista de Shindler”; era él quien en la cinta disparaba desde su balcón a los judíos que deambulaban por el campo-. Jennifer fue fruto de la relación fugaz de su madre (hija de Amon Goth) con un negro de Senegal, aunque fue dada en adopción a una familia católica. Al ver la película de Spielberg, Jennifer empezó a atar cabos (sorprendentemente nunca perdió el contacto con su madre biológica) y descubrió cuál era su origen. Su historia se puede conocer a través de un interesante libro que ella escribió titulado “Mi abuelo me habría pegado un tiro” (Jennifer Teege, Nikola Sellmair. Nagrela Editores). La historia de Jennifer es solo una de las muchas que cuento en el libro, pero por el tenor de la misma ya os podéis hacer una idea de por dónde van los tiros (nunca mejor dicho). El libro contiene, además, un interesante álbum de fotos.
El Holocausto está muy presente en tu obra, ¿Qué te une a ello?
Siempre he sentido curiosidad e interés por desentrañar cuáles son los resortes que conducen a la humanidad a ser capaz de cometer las mayores atrocidades. Como opina mi amigo el doctor José Cabrera -psiquiatra forense-, el mal existe como tal, separado de la psicopatología o del mundo de los trastornos psiquiátricos. Tal vez sea el Holocausto la “obra magna del mal” que vino a manchar indeleblemente la historia del Hombre. Es en esa sima ponzoñosa del Tercer Reich de donde se pueden extraer las muestras más envenenadas del alma humana. Sin olvidar el Holodomor, llevado a cabo por Stalin – entre siete y diez millones de muertos por hambre y enfermedades inducidas- y otros genocidios protagonizados por totalitarismo de naturaleza comunista. Tal vez sea porque el Holocausto fue perpetrado contra los judíos la razón por la que dicho episodio histórico me atrae más en cuanto al deseo de profundizar en él.
Tienes un “Diccionario progre”, ¿Qué nos podemos encontrar en él?
El “Diccionario Progre, aprenda a hablar como un progre en 10 días” fue mi primer trabajo. Hace ahora catorce años que se publicó (Ed. Jirones de Azul, Sevilla) y ya entonces denuncié la manipulación del lenguaje como instrumento del poder para cambiar la realidad a su antojo. Básicamente sostengo que el pensamiento, que está conformado por palabras, puede ser manipulado con sólo cambiar las palabras e imponer un “dress code” a la hora de hablar. Esa es una peligrosa (e inadmisible) estrategia que debe ser denunciada. El Diccionario Progre es la obra de un disidente que no está dispuesto a comprar esa quincalla ideológica. El tiempo me ha dado la razón porque hoy hay que medir mucho las palabras, el lenguaje con el que uno se expresa y cómo se dicen las cosas: ¿no os ha “rechinado” cuando más arriba he hablado de un “negro de Senegal”? La construcción del lenguaje debe ser desde abajo (los hablantes) hacia arriba (la RAE, los poderes públicos,…) pero subvertir ese orden revela una peligrosa maniobra de manipulación de las mentes de los ciudadanos (y ciudadanas…).
Aún has tenido tiempo para escribir y publicar tu última novela: “Los espías del Hernal”. ¿Nos puedes hablar de ella?
En mi nueva novela, “Los espías del Hernal” (Ed. Atlantis, Aranjuez. Madrid), he puesto en el tablero de la narración a personajes tan dispares como espías nazis y británicos, cofradías de Semana Santa sevillana… ¡y a Antonio Machín! La novela está ambientada en la Sevilla de 1942. La ciudad vive sumida en su recuperación de la reciente guerra civil y sobrevive como puede a los rescoldos que esta ha dejado. Únicamente algunas pinceladas de color otorgan un cierto alivio a las dificultades por las que atraviesa la gente. Una de esas notas de color es la que el cantante Antonio Machín, afincado por entonces en Sevilla, regala en forma de bellas canciones que cada noche suenan en los Salones Hernal de la céntrica Plaza de San Fernando de la ciudad. Pero la serenidad que se respira en dicho lugar y el ánimo sosegado del cantante se ven perturbados cuando, en virtud de una extraña suerte de confusión, llegan hasta sus manos unos cruciales documentos que pueden comprometer muy seriamente el curso de la Segunda Guerra Mundial que se libra en ese momento; el destino de la Operación Backbone, a partir de ahora, se encontrará en sus manos. Hasta aquí la sinopsis de la obra que debéis comprar cuanto antes.
Dónde te sientes más cómodo, ¿en el ensayo o la novela?
Cada una de ellas tiene sus lectores y muchas veces uno escribe pensando en quién leerá finalmente lo que uno hace. El ensayo tiene un público específico que comprará tu obra porque la temática es de su interés, pero la novela tiene un público algo más amplio por cuanto a cualquiera le gusta que “le cuenten historias”. Tal vez sea esa la razón que explique que me haya encontrado más a gusto escribiendo novela, porque uno puede auto complacerse albergando la esperanza de que habrá más gente que leerá tu historia. Además, la novela (de carácter histórico en mi caso) permite enriquecer la ingente labor de documentación (ensayo) con el componente emocional que los personajes darán a ese contenido documental (la novela). Hay, por otro lado, una sensación nueva que he descubierto en la novela y que te hace sentir que esta es un organismo vivo: los personajes muchas veces cobran vida y “andan solos”; muchas veces me he encontrado con que era el personaje quien se adelantaba a mis planes y propósitos y él solo empezaba a contar la historia. La magia existe y está en la novela. No por ello el ensayo deja de ofrecer también muchas satisfacciones.
¿Qué opinión tienes de las editoriales?
¡¡Arg!! Cuando no eres un autor de los grandes (aunque mi mujer piensa que yo sí lo soy), la relación con las editoriales es un camino pedregoso y polvoriento donde sólo de vez en cuando se encuentra una fuente en la que beber. El camino es largo y tortuoso y los desvelos del autor son diversos: demoras en la respuesta de aceptación del manuscrito, rechazo de ofertas de autoedición que sólo buscan el negocio puro y duro, incumplimiento de plazos, correcciones poco atentas, displicencia a la hora de atender requerimientos por parte del autor… Puedo afirmar que es precisamente esta forma de trabajar de las editoriales la que desalienta a muchos autores de presentar sus obras e incluso los hacen desistir de escribir nada. Lo cierto es que hoy día cualquiera con un puñado de folios puede publicar acudiendo a las editoriales de autoedición, que darán forma a esos folios bajo la apariencia de un libro, pero no es eso a lo que se debe aspirar. Es, sin embargo, una salida lógica, porque las editoriales tradicionales están todas instaladas en la cima del Monte Gólgota. Luego están, por supuesto, las excepciones, pero para ello nos bastan los dedos de una mano.
La psicología es…
El arte y la ciencia de comprender lo que tantas veces resulta incomprensible: los mecanismos de funcionamiento del ser humano. En cualquier caso la psicología nos ha permitido acercarnos a muchas certezas que nos resultan muy útiles a la hora de ayudar a muchas personas a encontrar las herramientas que han perdido en el camino para enfrentarse a esto que llaman vida. La psicología siempre es muy necesaria.
¿El humor es importante en la vida?
El humor es lo que nos salva, es el bálsamo del alma, es la sal de la vida… La realidad siempre impone su lógica, pero el ser humano, a través del humor, es capaz de salvar muchas situaciones que de otro modo sería incapaz de sortear, burlando inteligentemente la dictadura de la realidad. Tal vez por eso muchos opinan que “el humor es un asunto muy serio”.
Sacaron la filosofía de las aulas, ¿Qué piensas de eso?
Que hay demasiada gente sacando demasiadas cosas de las aulas para ser sustituidas por artefactos ideológicos que vienen a arramblar con el pensamiento crítico. La filosofía ayuda grandemente a construir una forma de pensamiento libre, ilustrado y reflexivo; tal vez sea esa naturaleza pura del conocimiento a través de la filosofía la que incomode a la clase dirigente, que prefiere tener a votantes dóciles y amaestrados como lo están las focas de los parques de atracciones. El problema está en que se saca de las aulas la filosofía para abrirle las puertas de par en par a la “geometría con perspectiva de género”. Ya me entienden…
¿Hay más libertad ahora o hace unos años?
De lo que sí podemos tener una rotunda certeza es de que hoy ha aparecido un nuevo fenómeno que demuestra a las claras que la libertad está en franco retroceso y deterioro: la autocensura. Hoy los escritores, los periodistas, los políticos, los comunicadores,… ejercen un férreo control sobre sí mismos para no pronunciar lo que no se debe, para no expresar en voz alta lo que se piensa, para no cantar aquello que no pueda gustar, para no opinar libremente en contra del mainstreaming impuesto… Al releer esta respuesta veo que no he desdoblado el género (los y las escritores y escritoras, por ejemplo) y me pregunto a quién podrá molestar esta manera mía de responder. A eso me refiero. Sí, creo que la libertad, amenazada, se bate en obligada retirada. Y hasta hay comisarios que vigilan (y comisarias, no se me enfaden…).
Fuiste columnista de ABC, ¿Qué tal esa experiencia?
Fue una experiencia muy enriquecedora, ya que durante nueve años me permitió estar asomado al balcón con vistas a la sociedad y contar lo que desde ahí veía. Fue una experiencia muy grata porque, además, gozaba de una completa libertad para tratar cualquier clase de tema sin censura ni imposición editorial. El título de mi columna, “El dedo en el ojo”, nos da pistas acerca de la intencionalidad de mis columnas y en ellas siempre tenían cabida el sentido del humor y lo sarcástico. Ya lo dije antes: el humor nos salva.
¿Por qué ya no estás en prensa escrita?
Tuve una despedida de mi columna absolutamente cordial y amable con la dirección del diario ABC. Las condiciones pactadas para mis colaboraciones dejaron de interesarme y, sinceramente, sentía que ya había opinado lo suficiente. Necesitaba abandonar el balcón para meterme en casa durante algún tiempo. No descarto retomarlo. ¿Alguna oferta por ahí?
¿Existe el perdón?
Por supuesto que existe; ahora bien, el perdón debe ir acompañado del olvido y eso, en algunos casos, es imposible.
Por tanto el perdón existe en la mayoría de los casos, pero en otros no.
¿Con qué obra de arte te quedarías en un hipotético fin del mundo donde solo se puede conservar una sola?
Cualquier canción de los Beatles estaría bien. El fin del mundo sería más llevadero, sin duda.
Una escritora y un escritor.
Escritora Ágatha Christie, sin más pretensiones; escritor, mi amigo José Calvo Poyato.
La política es...
La razón por la que andamos cabreados la mayor parte del día. Hoy no hay políticos, en su mayoría hay asalariados ideológicos.
La religión es…
La mejor manera de trascender; ¡porque trascender hay que trascender…
Eres de Lucena (Córdoba), ¿es el lugar ideal para que las musas nos cojan escribiend0?
Lucena está en el centro de Andalucía, muy bien comunicada, así que las musas tienen muchas facilidades para acudir a verme mientras escribo. Otras veces, sin embargo, tengo que ir yo a buscarlas a otros sitios lejos de Lucena.
¿Buscas rincones para escribir o eres de los que prefieren su estudio?
Para escribir soy más de estudio, pero para idear historias me gusta más hacer de flâneur, mirar los sitiosmientras ando, imaginar qué historias encierran los lugares. Desde un estudio no se pueden ver las cosas que están ahí afuera.
Un lugar para perderse.
Hay una canción del cantante sueco David Myhr (con quien he hablado alguna que otra vez) titulada “The perfect place” que dice en su letra “The perfect place for me is any place where I could be with you” (“El lugar perfecto para mí es cualquier lugar en el que pueda estar contigo”). Aunque suene un poco ñoño (eso nunca se lo voy a decir), opino como él: el mejor lugar en el que puedo estar es cualquier lugar en el que pueda estar con mi mujer, Belén. Y si es en el Village de Nueva York, mejor que mejor.
Unas palabras para nuestros escritores
¡Ánimo chicos! ¡No desfallezcáis! ¡Yo nunca pensé que llegaría hasta aquí y miradme dónde estoy!
Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«