Mario de la Rosa (Madrid, 1975) es actor y escritor.
Como actor ha participado en numerosas producciones nacionales, destacando en títulos como: “La casa de papel” o Conquistadores: Adventum.
Entre las producciones internacionales en las que ha participado se encuentran: The night manager” de la BBC y Hellboy de Neil Marshall, entre otras.
Como escritor empezó poniendo letra a canciones que se tornaron en poesías y estas en narrativa. También ha escrito guiones. “Perros con placa” es su primera novela publicada en 2019. En 2021 publicó “Hemorragias”, un poemario que fue fraguándose con el paso de los años y que ha dado el salto a los escenarios en el espectáculo “Trivium”.
“Si vas a escribir, ponte “personal”, lo demás son juegos de palabras”
Mario de la Rosa
Tu primera novela “Perros con placa”, ¿Qué nos puedes contar de ella?
Novela negra, policiaca, ubicada en toda la amplitud de Madrid, desde sus diferentes barrios hasta sus extrarradios. Con mucho Hip-Hop en sus venas y con un mensaje que también nos habla del amor, la lealtad, la familia y la amistad.
¿Por qué ese título?
Cuando el ser humano es llevado al límite, prevalecen sus instintos animales (supervivencia sobre todo). Busqué un animal fácil de reconocer en lo urbano, elegí el perro. En la novela no hay buenos ni malos, todos se comportan “como perros”, salvo que unos se parapetan tras una placa.
¿En qué te basaste para escribirla?
Partí de experiencias propias, me funciona el ponerme personal, pero también hablo del mundo que he visto con mis ojos y he sentido alrededor. Evidentemente, el texto evoluciona por sí mismo y la ficción se mezcla con la realidad.
Tu novela es cine, ¿tienes pensado adaptarla o buscar a alguien para que lo haga?
La idea de la serie televisiva fue el origen de “Perros con placa”. En su día me costó mucho que me escucharan y el camino la convirtió en novela. Espero que ahora haga el camino de vuelta y podamos llevarla a la pantalla.
¿Qué nos puedes contar del primer libro que publicaste?
Hemorragias es un poemario que fue fraguándose con el paso de los años. Escribo poesía desde la adolescencia, como un diario o cuaderno de bitácora emocional, pero siempre lo guardé para mi círculo íntimo. En el confinamiento recapacité y quise darle su lugar, compartirlo y publicarlo.
¿Alguna nueva novela en la cabeza?
En la cabeza siempre tengo un buen puñado de ellas, ahora solo falta escribirlas. Terminé una nueva novela, thriller negro, a primeros de año. Ahora ando inmerso en negociaciones para su publicación en 2024.
¿De dónde te viene esa faceta de escribir?
Nace de la inquietud de conocer y purgar. Compartir el mundo con una perspectiva personal. Escribir me resulta terapéutico, en la construcción de mis personajes y sus tramas encuentro mucho de introspección y redención. Algo de trascender también hay. Dejar un legado.
Para ti, ¿escribir es más una afición, una pasión o un trabajo?
Empezó siendo lo primero y acabó siendo las dos segundas. Es pasión, pero sin disciplina y dedicación no sería nada.
¿Qué piensas de las editoriales?
Son necesarias, suman, y también son un ente que trabaja en unos parámetros en los que lo “artístico” no es siempre lo más importante y por mucho conflicto que nos genere a veces, lo tenemos que aprender y entender.
¿Piensas en literatura mientras ruedas o lo haces entre rodaje y rodaje?
En mi caso, cuando escribo, lo hago 24/7. Cuando como, cuando hago deporte, cuando duermo, cuando ruedo… siempre estoy escribiendo. Eso no quita que no sea capaz de centrarme en otras cosas y le dé el lugar y la importancia que requieren.
¿Para escribir buscas rincones apartados o lo haces desde casa?
Tomo notas en cualquier sitio, pero para profundizar y darle forma a lo que escribo me gusta hacerlo en casa. Tengo un despacho con pizarras donde estructuro las tramas y capítulos.
Eres de Carabanchel, Madrid, ¿Cuánto de literatura hay en tu barrio?
Como todos los lugares, Carabanchel tiene su idiosincrasia y se le puede sacar mucho jugo. De hecho, en mi nueva novela juega un papel muy importante. Carabanchel tiene una historia muy rica y muy literaria.
¿Es un refugio la escritura?
Leí en Twitter una cita que decía: “Leer es puente. Escribir es túnel”. Comulgo con esa sensación. De mi voz apuntaría: “Escribir es el altar ante el que rindo sacrificio”.
¿Prefieres la soledad del escritor o la fama y el bullicio del cine?
También hay mucha soledad en la vida del actor, lo que pasa es que desde fuera no se ve mucho, pues la purpurina y los focos distorsionan el paisaje. Aun así, la soledad del escritor es más rotunda. Toca vivir con las dos.
Comenzaste tarde en el mundo del arte, ¿Cómo te sientes en este mundo?
Comencé tarde, sí, si es que eso existe, ya sabes (nunca es tarde…); lo que hizo que mi síndrome del impostor fuera mayor. Después de mucho esfuerzo y trabajo, parece que he sido capaz de coger las riendas. La montaña rusa del actor/escritor es aún más acentuada.
Una escritora y un escritor de cabecera.
Almudena Grandes y Bret Easton Ellis.
Cuanto de luz hay en un libro.
Toda la que en él quieras poner.
En un hipotético fin del mundo te mandan guardar solamente una obra que será la que perdure en el tiempo, ¿Cuál elegirías?
El médico de Noah Gordon.
¿Hay una sobreexposición de todo; libros, cine, series, etc.?
Lo que hay es muchos más canales y más directos que antes, entonces sí, se produce una sobrexposición. En todas las industrias existe una cuota de “granel” que hace que la calidad pueda perderse entre la cantidad, esa es la pena. El algoritmo manda y eso jode.
Escribes poesía, le pones música; ¿Cuánto de poesía hay en el rap?
Depende del rapero/a, pero la base de rimas es evidente.
¿Y en el boxeo?
En el boxeo hay mucho del trabajo del actor/actriz: coordinación, balance, visión periférica, escucha, acción, respiración, guardia… pero el resultado, cuando se hace bien, es poesía..
Unas palabras para nuestros lectores.
Si vas a escribir, ponte “personal”, lo demás son juegos de palabras.
Una entrevista de Luisje Moyano.
para «Los Putrefactos«